Infidelidad, muerte. ¿qué es peor?.
Tu solo quieres estar con el hombre que amas, es solo una "aventura" ¿Qué podría pasar?.
Itati debe decidir si mantener su familia estable y su matrimonio a flote o estar con el hombre que de verdad ama.
Entre a mi camerino con toda la culpa del mundo, pero no podía ocultar que amaba a Juan de pronto tocaron la puerta. —¿Quién es?.
—Ita, soy yo Montserrat. ¿Estás bien?. Te vi entrar muy alterada.
Le abrí la puerta y la abrace. —Amiga que bueno que viniste, en estos momentos me hace mucha falta una amiga.
—¿Todo bien?. Si quieres puedes contarme.
—Si, te contare porque es algo que ya no puedo callar y tengo que contarselo a alguien.
—¿Tan grave es?.
—Ayer, Juan y yo salimos.
—¿Qué?.
—Si, pero fue porque Nicandro quería que el y yo tuviéramos química, quería que nos conocieramos para que la novela sea perfecta.
—¿Y entonces?.
—Me besé con el.
Me pare de el sillon super sorprendida. —¿¡Qué!?. Itati pero ¿cómo?.
—Pues así, osea bailamos y el se acerco y ajá.
—¿Ajá?.
—Si Montse me besoo...!
—¿Y qué más paso?.
—Me fui muy mal, tu sabes que mi esposo no me perdonaría eso, y el también es casado.
—Ese no fue impedimento para besarse, aquí el problema es que obvio le seguiste el beso porquee...
—¿Porqué?.
—Si, ¿porqué le seguiste el beso?.
—Sientate que me pones de puntas, pero lo peor es que en la mañana vino de nuevo, quiso hablar conmigo y aclarar lo de ayer, pero me volvio a besar.
—Pero Itati!!...
—Yo se, yo se y no lo puedo negar, ya está más que decidido que yo amo a ese hombre. ¡Me enamore de Juan Soler!.
—Pero... Pero... Ay no, ay mamasita chula, agarrame que me desmayo. Es una broma, dime por favor que estas jugando.
—Ojalá fuera una estúpida broma, pero no lo es, de verdad me gusta y yo se, antes de que me lo digas, se que estoy mal pero tu sabes que yo desde hace mucho tiempo no siento nada por Carlos e intente terminar con el muchas veces en el pasado pero el no lo acepto.
—¿Y ahora qué vas a hacer?.
—Nada, lo mismo de siempre. Negar todo esto que seguir normal con mi vida.— Recibí una notificación en mi celular, fui a ver quien era y mi cara cambio radicalmente.
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—¿Quién es?.
—¡Juan!.— No sabía que hacer, no quería responderle después de todo no va a pasar nada entre nosotros y no se porque sentía que mi corazón latia al mil por hora.
