CAPÍTULO 3️⃣8️⃣

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Ya era la hora de salida Eduardo y yo estabamos esperando a Roberto en la entrada y vimos que salieron todos menos él. —¿Dónde esta Roberto?.

—No se Meri, veamos si sigue en su salón tal vez.

Fuimos los dos a buscarlo pero solo estaba su maestra. —Buenas tardes maestra, ¿sabe si ya se fue Roberto?.

—¿Cómo?. Yo creí que no había venido porque en mis clases no se presento.

—Cierto, ya me acorde que se enfermo y se tuvo que quedar en casa. Una disculpa maestra con permiso.

—Adelante muchachos.

Caminamos de nuevo hacia la salida y discutí con Maria por haber dicho aquella mentira. —¿Porqué le mentiste a la maestra?.

—Pues no sabemos que paso realmente con Roberto, camina hay que ver sí lo vemos en el camino.

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—¿¡Itati!?. Hija ¿qué haces aquí?. ¿Y esas maletas?.

—Volvi a discutir con Carlos mamá.

—¿Qué paso ahora?.

—¿No esta mi papá verdad?.

—No, ya sabes siempre trabajando pero cuentame ¿Cómo sucedió?. ¿Cómo empezaron las cosas?.

—Le volví a hablar sobre el divorcio porque ahora si estoy más decidida que nunca de que lo necesito ya...

—¿Ajá?.

—Discutimos y a mi se me salió decirle que estoy esperando un hijo.

—¡¡Pero Itati!!...— Dije sorprendida y sin aire.

—Pero es de Juan.

—¡¡¿Qué?!!... Mi amor.— al abrace. —¿Y ahora qué vas a hacer?.

—No se mamá se negó en darme el divorcio ¡otra vez!.

—¿Te pego?.

Dije que no con la cabeza.

—¿Estás segura que no te pego?. Porque si fue así podemos ir s denunciarlo y tienes todas las de ganar.

—No mamá, no te preocupes.

—Si lo a hecho y por eso perdiste un embarazo que no se te olvide y podemos ir a denunciarlo ahorita mismo.

—¡No lo voy a denunciar por eso!. Es el papá de mis hijos y no los quiero dañar de esa manera, ellos no me lo perdonarían.

—Mañana nos vamos a Canadá para que tu hermano nos ayude.

—Si mamá, deja que lleguen mis hijos de la escuela y nos vamos todos.

—Como que ya se tardaron ¿no?.

—Si, le mande un mensaje a Roberto y a Eduardo para que se vinieran para acá.

—¿No te contestaron?.

—Eduardo si, Roberto solo lo miró.

—Bueno, ya no deben tardar.— Voltie a la puerta porque vi que entro alguien y era Roberto. —Hola mi amor ¿cómo te fue en la escuela?.

—Bien ma.

—¿Dónde están tus hermanos?.

—¿Cómo no han llegado?.

—¿No se vinieron juntos?.— Me puse la mano en la cintura.

—No, yo me vine en cuanto salí porque traía mucha hambre.

—No me gusta que no se vengan juntos y lo sabes.

—Ya se ma.— Alguien entro. — Ya vienen velos.

—Roberto no me hables así por favor que soy tu madre.

—Si ajá, explícame o explicanos ¿porqué estamos aquí ahora?. ¿Te volviste a pelear con mi papá?.

—Asi es niños, su papá y yo nos volvimos a pelear y me puso una mano encima.— Toque mi mejilla.

—¡¡Pero mamá!!...— Dijo Eduardo. —¿Estas bien?.

—Si Edu yo estoy bien pero no creo regresar con su papá.

—¿¡Qué!?.— Dijimos María y yo al mismo tiempo.

—Pero mamá... Debemos estar juntos como una familia.

—Te equivocas enana, esto ya no es una familia. Desde que mi mamá engaño a nuestro papá con ese imbecil de Juan Soler nuestra "familia" se derrumbó. Felicidades señora Cantoral.— Aplaudi con sarcasmo.

—¿Ahora tú te vas a portar grosero Roberto?.

—Pues es que mi hermano tiene razón todo era felicidad hasta que tu decidiste tener esa aventurita. ¿Porqué mamá?. Mi papá ya te había perdonado después de lo de el tal Pedro Fernández ese!!!....

—¿Qué dices María?. ¿No es la primera vez?.

—¡Basta! ¿Quienes son ustedes para juzgar así a nuestra madre?.

—No digas nada Eduardo tu eres un imbécil.

—¡YA BASTA!. MARIA, ROBERTO NO VOY A PERMITIR QUE SE PASEN DE LISTOS CONMIGO, SERÁ MEJOR QUE LE BAJEN DOS RALLITAS.

—¿O qué mamá?. ¿Nos vas a pegar?.— María la reto.

—Sabes que nunca lo e hecho y nunca lo haría hija ¿porqué dices eso?.

—Se me calman todos, niños vallan a quitarse el uniforme, Itati ven a ayudarme a poner la mesa y quiero que todos comamos en paz.

—Coman ustedes a mi se me quitó el hambre.— Subi enojado a las habitaciones.

—¡Roberto!. ¡Roberto ven acá!.

—Itati tranquila, esto no se soluciona con gritos, dejalo que se calme y después hablas con el. Vallan a cambiarse y vamos a comer por favor.

—Si abue...— Le di un beso a mi mamá y un beso a ella.

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