Lena y Tú

Capítulo Treinta y cinco

Me despierto antes que Lena y veo su rostro. Tan pacífico, tranquilo y relajado, que me quedo un momento apreciandola.
Luego, me levanto despacio para no despertarla y me meto a la ducha para despertar mi mente y cuerpo. Dejo caer el agua en mi nuca mientras me pongo a pensar en las posibles personas que quisieran matarme.
Salgo de mis pensamientos cuando siento una mano rozar mi espalda.
Me doy la vuelta y veo a Lena desnuda junto a mi.

—Sonrío—. ¿Cuándo te despertaste?

—Hace un momento, cuándo no te sentí a mi lado.

—Perdón por despertarte.

Ella me besa mientras toca mi cuerpo.
Enredamos nuestras lenguas en un beso lento pero lleno de amor.
Lena me pone contra la pared y desciende a mi cuello.

—Ah...

—Lena sonríe—. Creo que encontré tu debilidad.

—Tú eres mi debilidad.

Subo su mentón para volver a besarla.

—Hermana —Escucho a Hope en mi mente.

—Lena...

—¿Mm?

—Mi hermana me está llamando por el vínculo telepático.

—Entonces sera mejor que no hagas mucho ruido.

—¡Aah!

—¡_________!

—¿Qué pasa Hope? —Intento contener mis gemidos-.

—Hola, ________. Quería preguntarte si tenías planes para hoy.

—N.. no, ¿Por qué?

—¿Estás bien?

—Sí...

—Bueno, es porque se me ocurrió algo.

—¿Qué cosa? —Muerdo mi mano mientras Lena aumenta la velocidad de sus penetraciónes.

—Se me ocurrió que podríamos salir a comer nosotras y nuestras novias, una cena de cuatro.

—C... Claro, me parece Pe.. Perfecto ¿A qué hora sería?

—¿Oye, en serio te encuentras bien?

—Sí, Hope, solo que estoy haciendo ejercicio.

—Bueno... ¿A las nueve te parece?

—Ahí estaremos.

—Bien. Nos vemos, __________.

—Nos... Vemos.

—¡Aaah! Lena ahorcame, por favor.

Lena hace lo que le pido mientras sube a estimular mis pechos. Con su otra mano, mete y saca sus dedos de dentro de mi.

—¡Aaah! ¡Lena! Voy a correrme, no te detengas —digo al sentir a Lena disminuir sus penetraciones.

Ella me besa y siento mis fluidos en sus labios. Me sigue besando cuando me azota el orgasmo y ahogo mi gemido en sus labios.
Ella sale de adentro de mi y limpia sus dedos con su lengua.

—Sabes muy rico.

—Me sonrojo—. Amo que me ahorques.

—¿Sí? —dice ahorcandome.

—Ah.. Sí.

                              ----------------

Terminamos de bañarnos y vamos a almorzar al comedor.