Capítulo Treinta y nueve

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Me despierto y me duele todo el cuerpo, lo que me resulta raro, debido a mi rápida regeneración. Tocó mi cuello y me duele al igual que mis muñecas. Veo al lado mío y Lena no está, intento moverme pero por el dolor se me hace insoportable. En el momento en que me empiezo a desesperar entra Lena con una bandeja de comida.

—Oh, hola _________, despertaste. —Sonríe mientras deja la bandeja en la mesita.

—Amor —digo preocupada y con voz ronca.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué no puedo moverme?

—¿Cómo que no puedes move...?, Ohh, olvide desactivar el protocolo, lo siento. J.

—¿Sí, señorita Luthor?

—Desactiva el protocolo quince.

—En seguida. Protocolo quince desactivado.

—Ya está, en un momento ya podrás moverte. Tienes varios moretones en el cuello ______ —Toca mi cuello.

—¿Cómo hiciste para apagar mis poderes literalmente?

—Utilice los brazaletes anteriores como un ejemplo.

—Pero soy una híbrida, y eso solo desactiva mi lado vampira.

—Soy una chica lobo, ¿Lo recuerdas? —ríe.

—Cierto. Disculpa, apenas se que día es. —río.

—¿Qué fue lo que pasó después de que te fuiste? —Tomo un sándwich para comerlo.

—Cuando volví a la habitación tú te quedaste dormida. Aunque al principio me preocupe porque pensé que te habías desmayado, lo que no fue fácil de comprobar, ya que tú corazón no late. Pero noté qué estabas respirando pesadamente así que eso me puso más tranquila y me acomode a tu lado.

—Te amo, Lena —Me acerco a besarla.

—Te amo.

—Oye, ¿De casualidad no llegó un paquete?

—No, ¿Por qué?

Suena el timbre de la casa.

—Ese debe ser.

Cuando me levanto hago una mueca de dolor ya que aunque tenga una regeracion más rápida, todavía no me cure por completo.

—Deja _______, quédate aquí, yo voy por el.

Lena sale de la habitación y yo me pongo a terminar de comer mientras bebo agua.

—¿Qué hay aquí dentro?

—Algunas cosas que compré.

—¿Cómo las compraste?

—Si te preocupa que manipule la mente de alguien dejame decirte que la pague con dinero.

—¿En serio?

—Si, yo también tengo mis millones, señorita Luthor.

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—Bien, ya que me puedo mover, quiero que vengas conmigo —Saco lo que hay en el paquete y lo coloco en el suelo.

—Ponte enfrente mío.

—¿Para qué?

—Solo hazlo.

Lena hace lo que le pido a regañadientes.

—Intenta golpearme.

—¿Es enserio?

—Sí, necesito enseñarte defensa. Vamos. —Hago señas.

Lena y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora