Capítulo cuarenta y nueve

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—¡______! —Me acerco a ella.

—¡Ponla de costado!

Josie hace lo que le dije y un tiempo después deja de convulsionar.
Suspiro aliviada sentandome en el suelo.

—¿Cuánto crees que tarden?

—No lo sé.

Se abre la puerta dejando ver a Hope y Sabrina ensangrentadas con un frasco.

—Toma, dale esto —Me entrega el frasco.

Abro su boca y dejó caer el contenido.

—Unos minutos después—. ¿Cuánto demora en hacer efecto?

—Ya debería haber reaccionado —Frunce el seño.

Miro a ______ y agarró su mano mientras la sacudo levemente.

—_______, ________, despierta.

Ella sigue inconsciente.

—¡Despierta!

De repente ________ se levanta alterada y nos mira.
Yo sonrío y la beso mientras lágrimas caen por mi rostro.
Ella me corresponde y al poco tiempo se separa.

—Toma —dice Sabrina dándole una bolsa de sangre.

—Gracias —Se pone a beberla.

—¿Qué pasó?

—Nos atacaron unos vampiros y uno logro inyectarte veneno.

—Oh.

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Estaba sentada en la cama, mirando al piso pensando en todo lo que había dicho.
Escucho un ruido que me hace salir de mis pensamientos. Y ahí se encontraba, la mujer de tez pálida en la puerta.

—¿Podemos hablar?

No le digo nada pero indico que entre.

—Siento haber dicho lo que dije hace rato.

—Está bien, _______. No pasa nada —Coloca una mano en mi rodilla—. ¿Quieres contarme?

Me quedo mirando su mano pensando en si confesarle mis más grandes traumas.

—Si no quieres está bien, no voy a obligarte.

—Había una niña que creía en el bien y todo lo bueno del mundo, pero esa niña fue abandonada por su madre en un orfanato. Su madre, la había abandonado solo porque no la quería y decía que era un error —Se me hace un nudo en la garganta.

Lena acaricia mi pierna en signo de apoyo mientras me miraba.

—Mi padre, era multimillonario y cuando el embarazo a mi madre se fue —Una lágrima desciende por mi rostro—. Mi madre solo me tuvo para poder quitarle el dinero a mi padre, pero cuando ella me llevó ante él, se negó a reconocerme como su hija. Así que me abandonó en un orfanato por varios años.
Después de ese tiempo transcurrido, llegó una familia que quería adoptarme, los Mikaelson —Una sonrisa aparece en mi rostro—. Desde ese momento me convertí en la hija de Klaus Mikaelson y Haylye Marshall.

—Lamento todo lo que te paso, _______. Prometo recompensar todo el sufrimiento que pasaste y hacerte feliz los días restantes de nuestra vida.

Lena me da un abrazo fuerte mientras acaricia mi espalda.

—Se separa—. Siento haberte hecho sufrir, yo no quería hacerlo, es que entre en pánico y...

—Oye —La miro a los ojos—. Está bien, te perdono. Este accidente me hizo darme cuenta de que en cualquier momento podríamos morir, y no quiero que cuando eso suceda estemos peleadas. Pero por favor, no me ocultes las cosas.

Lena y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora