Capítulo sesenta y cuatro

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Tomé mi teléfono y llamé a los guarda espaldas que había traído sin que Lena se diera cuenta.

—¿Qué está pasando ahí afuera?

—Señora vemos un intruso afuera de la casa, ¿Qué quiere que hagamos?

—Llama a dos de las unidades de lobos y ustedes ataquen.

—Entendido.

Colgué el teléfono y se me acercó Lena preocupada.

—¿Qué pasó? Kelly me dijo que le dijiste que me proteja a mi y a su hija.

—Hay un posible intruso y no me voy a arriesgar a que les pase algo.

—¿Qué vas a hacer?

—Salir y enfrentarlo.

—_______, es demasiado peligroso, no sabes quién es.

—A menos que sea mi hermana, nadie puede vencerme.

—Ella suspiró y me besó—. Ten cuidado ¿Sí?

—Te amo.

—También te amo.

Salí de la casa y me encontré con quién menos esperaba.

—¡¿Qué carajo haces tú aquí?!

—______, escúchame.

—No voy a escucharte una mierda, mataste a dos de mi manada —dije viendo los cuerpos de los guardaespaldas.

—Eso fue en densa propia.

Los miembros de la manda se iban acercando como yo lo había solicitado.

  —¿Qué haces en mis dominios?

—Hay personas que quieren matarte. Como la secta que una vez mato a...

—¡No te atrevas a decir su nombre o te destripo!

—Tienes que venir conmigo, tú y tú esposa.

—No voy a ir ni a la esquina contigo. Puede ser que mi hermana te haya perdonado, pero yo jamás lo haré.
Además yo no recibo órdenes, soy la jefa.

—¡La jefa! —gritaron los lobos.

—Te crees invencible, ¡¿Pero quién eres para sentirte así?!

—Soy una Mikaelson.

—Te van a bajar.

—¿Qué me van a bajar? ¿Cómo? Si yo ya nací arriba. ¿Qué me van a bajar? Si soy dueña de la liga de lobos.

—Yo pienso que eres débil. ¿Por qué entraste a esa casa y esas humanas aún siguen vivas?

—Eso no es de tu incumbencia.

—¿Ven? —les dijo a los lobos—. La _______ que conocía no dudaría en matar a todos los que hay en esa casa.

—La ________ que conocías, se fue. Esa _________ fue la que tú creaste el día que mataste a mi madre, el día que fuiste un cobarde y ni te moviste un centímetro para salvarla —Me fui acercando a él—.
¿Pero sabes algo? La otra ________ y yo tenemos algo en común.

—¿Qué?

—La sed de venganza.

Fui a velocidad vampírica y le arranqué el corazón. Cuando su cuerpo cayo solté el corazón y mire a los lobos.

—¿Alguien más quiere cuestionar mis desiciones?

—No, señora —respondieron todos al unisono y se arrodillaron.

Lena y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora