Lena y Tú

Capítulo noventa

Me desperté a la mañana siguiente, sintiendo el calor de los rayos del sol en mi rostro, indicando que ya debería levantarme.
Suspiré y me levanté de la cama, me lavé la cara y los dientes. Luego, preparé el desayuno y comí con Hope y con Josie.
En este momento me encontraba en el sofá, al lado de mi hermana, mirando una película.

—¿Cuándo irás a hablar con ella? —preguntó.

—No lo sé, tal vez luego —suspiré.

—Ve ahora, deja de pensarlo tanto —Me miró.

—Tu sillón está cómodo —digo excusándome.

Mi hermana me da un pequeño golpe en el brazo y me jala hacia arriba, haciendo que me levante.

—Deja de poner excusas y sal por esa puerta para hablar con tu esposa ahora mismo —Señala la puerta.

—Está bien —digo con molestia.

Tomé mi celular y mis llaves y salgí, dirigiéndome a mi auto. Enciendí mi auto y manejé a mi casa, esperando que ella esté ahí.
Minutos después, llegué y abrí la puerta. Automáticamente una voz inunda mis oídos. Me acerqué lentamente al living y allí estaba ella junto a su amiga rubia.
Me quedé estática por un momento y luego reaccioné intentando irme, pero en ese momento ellas me ven.

—¡__________! —dice mi esposa.

Sigo mi camino sin mirar atrás, hasta que siento una mano apretar mi muñeca.

—____________, por favor no te vayas —Escucho detrás de mí.

Respiro intentando controlar mis emociones y me volteo, mirándola a los ojos.

—Está bien. Ustedes quédense, yo me iré.

Me volteo nuevamente para irme pero ella sigue sosteniendo mi muñeca.

—__________.

Suspiro rendida y la vuelvo a mirar a los ojos, mientras Kara se acerca lentamente por el costado.
Mis ojos se ponen ligeramente rojos, pero vuelvo a respirar hondo para no perder la compostura.

—¿________? Me gustaría poder hablar contigo —me dice Kara desde un costado.

—¿Qué tendría que hablar yo contigo? —digo mirándola a los ojos.

—Ella suspira y baja la cabeza antes de mirarme nuevamente—. Quiero que sepas que entre Lena y yo no pasa nada. Si bien tuvimos algo en el pasado, ya no nos vemos así. Mis intenciones son realmente puras y no busco nada con ella, solo ser su amiga.
No quiero que te sientas incómoda conmigo, y me gustaría que nos llevemos bien para así poder unir a nuestras familias.
Tienen unos hijos maravillosos y jamás haría algo para perjudicarlas, ni a ustedes ni a los niños.
Me parecía importante que lo escuches de mí. Ahora si me permiten, voy a irme para darles privacidad.

Me quedé callada escuchando sus palabras y antes de que se vaya la detengo.

—Kara.

Ella de voltea y me mira.

—Gracias.

Ella asiente con una sonrisa ladina y luego se va, dejándome sola con mi esposa.
Me volteo a mirarla nuevamente, sintiendo como la punzada en mi pecho crecía.

—__________... Yo en verdad lo lamento. Lamento no haber estado ahí para ti ni para los niños.

—Esta bien. Te creo. Supongo que
tampoco he actuado de una buena manera.

Ella se toma un momento y luego con la voz temblorosa se dirige hacia mí.

—¿A cuant...?

—La interrumpo—. Cuatro.