Lena y Tú

Capítulo cuarenta y tres

Estaba terminando los preparativos para la cena de hoy. Ya casi era la hora, así que Lena no iba a tardar en venir.
Terminó los preparativos y Lena baja con un vestido negro.

—Te ves hermosa.

—Tú también, ________.

Yo llevaba un traje.

—Por favor —Saco la silla y se la acerco cuando de sienta.

Traigo la comida de la cocina. Había preparado una comida francesa para la ocasión.
Abro la tapa de la bandeja y la dejo en la mesa.

—Un exquisito Ratatouille pour ma petite amie. (Para mi novia)

—No sabía que hablabas Francés.

—Hablo, Francés, Italiano, Inglés y Español.

Lena me mira asombrada.
Agarró su plato y le sirvo la comida. Espero a su degustación para empezar a comer.

—Esto está delicioso, _______.

—Muchas gracias, mon amour. (Mi amor)

Empezamos a comer y cuando terminamos levanto los platos para llevarlos a la cocina a qué el robot que Lena había inventado lo lave.

—Estuvo muy linda la cena, gracias —Me abraza por la espalda.

—De nada, te amo.

—Yo también te amo.

Me acerco para besarla y ella me corresponde. Pone una mano en mi mandíbula acunandola, mientras que con la otra va recorriendo mi cuerpo. El ambiente se va calentando y gimo cuando Lena hace presión en mi centro.
Me separó por falta de aire y la miro a los ojos para saber si puedo continuar. Ella no tarda y besa mis labios de nuevo. Enredamos nuestras lenguas en un profundo beso mientras subíamos a la habitación.
Cuando llegamos, Lena me acuesta en la cama mientras me saca la ropa.

—Ah...

Ella muerde mi cuello mientras desciende hacia mis pechos.

—Mmmh.

Muerde y hace círculos en mi pezón izquierdo mientras que con la otra mano masajea el derecho.
Tomo el control de la situación dejandola abajo. Saco su ropa suavemente y dejo besos húmedos por todo su cuerpo. Empiezo a descender a sus piernas pero me detengo al escuchar sollozos.

—Oye, oye —Miro sus ojos—. ¿Estás bien?

Ella niega.

—Lo siento... Yo pensé que podía y...

—Esta bien, no debes pedirme disculpas. Hazlo cuando te sientas lista, no quiero que te sientas presionada a hacerlo.

Ella me abraza y se esconde en mi cuello mientras llora. Masajeo su espalda hasta que se calma y le entrego su ropa para dormir.

—Si quieres cámbiate en el baño, si te sientes más segura.

Ella asiente y se va a cambiar al baño mientras yo me cambio en la habitación. A los pocos segundos ella regresa ya cambiada y se acuesta. Pienso en abrazarla pero no lo hago para respetar su espacio.

—_______.

—¿Sí?

—¿Puedes abrazarme?

—Claro, mi amor.

La abrazo y me acerco hacia ella.

—Te amo —me dice.

—Te amo —le respondo.

Unos minutos más tarde me quedo dormida.

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             Unos meses más tarde

Este día estuve muy excitada y no había nada que lo calmara. Me bañé tres veces con agua fría, estuve haciendo ejercicio para enfocar mi mente en otra cosa, pero nada dio resultado. Necesitaba que alguien me tocara, pero no podía pedirle a Lena. No quería obligarla a hacer algo que no quería, pero tampoco me podía tocar, ya que ella se encontraba en la casa y no quería que se sintiera obligada también.
Así que decidí probar bañarme con agua fría una última vez.

—¿Amor, por qué te estás bañando tanto?

—Es que... Tu sabes que sudo mucho por eso es que me baño tan frecuentemente. -Le miento-.

—Pero ya es la cuarta vez que te bañas, te vas a desgastar —ríe.

Yo río y agarró mis cosas para meterme a la ducha.

—Oye —Me detengo y la miro—. ¿Segura que estás bien?

—Sí, mi amor, no te preocupes —Le doy un beso corto y me meto a bañar.

Salgo de la ducha y no había resultado, mi cuerpo estaba frío y mi piel erizada, pero mi entre pierna seguía rogandome que la tocara.
Salgo del baño y me encuentro con Lena vestida para salir.

—¿Dónde vas?

—Voy a salir a correr un rato.

Frunzo el seño. Lena no era de salir a correr, además tenemos un gimnacio.

—¿Quieres que te acompañe?

—No, está bien.

—¿Segura?

—Sí, amor.

—Está bien.

—Nos vemos luego —Me da un beso, abre la puerta y se va.

—Nos vemos...

Quedo confundida, pero luego de unos minutos subo a la habitación para hacer lo que mi cuerpo me pidió todo el día.
Me acuesto en la cama y me desnudo, empiezo a jugar con mi cuerpo rozando mi lugar más sensible. Pero no aguanto mucho ese juego y agarró un lubricante para ponerle al juguete que me había comprado.

(Flashback)

Tocan la puerta y uso mis poderes vampíricos para que Lena no se me adelante.

—Hola.

—Hola, le traigo su paquete.

—Muchas gracias. ¿Donde firmo?

—Aquí por favor —Señala el papel.

—Ya sería todo, gracias.

Entro a casa y Lena me está mirando.

—¿Qué es eso?

—Nada... Solo unas cosas para ejercitar.

Lena alza una ceja pero asiente.

(Fin del flashback)

Enciendo el juguete y me lo introduzco.

—¡Aah!

Cierro mis ojos para disfrutar más el placer y llevo mi mano hacia mi clítoris para empezar a estimularlo haciendo círculos.
Pongo las vibraciones del juguete más fuertes mientras aceleró.
Mi cuerpo comienza a tener espasmos.
Arqueo mi espalda mientras aprieto fuertemente las sábanas cuando llega el orgasmo

—¡Aaaah!

Apagó el juguete mientras intento calmar mi respiración irregular.
Abro los ojos y veo a Lena en el marco de la puerta.

  —¿Qué haces ahí? —digo agitada.

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