Capítulo ochenta y ocho

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Como en todas las mañanas, desperté por los rayos del sol. Nuevamente despertaba con la cama vacía sin Lena a mi lado.
Hice mi rutina y luego encontré una nota que decía casi lo mismo de antes. Ella había salido con la idiota de Kara y luego volvería.
Alimente a los bebés que hace poco me habían llamado "mamá".

(Flashback)

Me encontraba jugando con los pequeños cuando me distraje por un momento para hablar con Lena.
Noah, vino hacia mi y me jaló la camiseta y me señaló a su hermana.

—¿Qué pasó, pequeño?

El me guió a su hermana y resulta que le había quitado su juguete.
Le expliqué a Amaris que ese era el juguete de su hermanito y que cuando terminara de jugar, podría jugar cuanto quiera.
Me senté en el piso y volví a mirarlos como jugaban y se divertían con una sonrisa.
Me perdí en mis pensamientos cuando algo hizo que los abandone de inmediato.

—Mamá —dijo Amaris.

Me acerqué rápidamente a ella con mis ojos aguados.

—¿Qué dijiste, mi niña?

—Mamá —volvió a decir pronuncionandolo mal.

Pronto Noah empezó a copiar a su hermana y a decirme mamá también.

—Mamá —dijo Noah.

Llamé a Lena desesperada y ella vino corriendo.

—¿Qué pasó? —dijo Lena alterada.

—Solo escucha. ¿Cómo dijeron, mis niños?

—Mamá —dijeron ambos al unísono.

Lena se quedó boquiabierta y me miró con una sonrisa.

—Te amo —Se acercó a besarme y la correspondí.

—Yo también te amo.

(Fin del flashback)

Me adentré en la habitación de los cachorritos y también los alimenté.
Ya habían logrado empezar a caminar aunque aún les costaba.
Me maravillaba solo de verlos y que no me temieran.
Mi plan para ellos era enseñarles a andar por el bosque y que se pudieran proteger, pero aún eran muy pequeños para eso.
Sonreí y me fui de la habitación para ir al gimnasio de casa.

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Me encontraba con Kara en el hospital mientras esperábamos el resultado de los análisis.

—Oye, Kara. ¿Puedo contarte algo?

—Ella me miró inmediatamente—. Claro, dime.

—Creo que a ___________ le pasa algo. Ha estado actuando raro y creo que en las noches se va por un largo rato y después vuelve.

—Saldrá a caminar. Tal vez tiene insomnio, Lee. No creo que eso sea raro.

—Sí, pero cuando llega se lava la cara y sus dientes. ¿Por qué harías eso si ya lo hiciste antes?

—Tienes razón. Puede que haya algo raro. ¿Por qué no le preguntas?

—Creo que esta noche voy a fingir estar dormida y voy a tratar de seguirla sin que se de cuenta para averiguar qué pasa.

—¿No crees que se dará cuenta?

—No lo creo. Sé actuar muy bien.

Lena y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora