Capítulo setenta y seis

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Mi familia ya estaba por llegar y Lena y yo estábamos corriendo por todos lados haciendo los preparativos.
Ya habíamos armado el arbolito, puesto decoración de navidad, y habiamos cocinado. Solo faltaba que se haga el asado y que mi familia llegara.
De tanto calor que largaban las brasas de la parrilla yo ya estaba sudando, pero de igual manera lo iba a terminar.
Llevaba unos borcegos, un jean y una camisa negra. La camisa negra la tenía abierta debido al calor.
Mientras daba vuelta la carne escuché el timbre de la casa y Lena fue a abrir.
Era mi tía Rebekah, Marcel y mi tía Freya con su esposa y su hijo.
Lena dejó pasar a mi Tía Rebekah y se quedaron perplejas con la casa.
Ellas se me acercaron y yo les sonreí amablemente.

—¿Cómo va eso? —dijo Freya.

—Va bien tía, bastante bien. Le falta un poco a la carne, los chinchulines y a los chorizos. Pero todo bien.
Las abrazaría pero estoy toda sudada.

—¿Quieres que te ayudemos en algo?—dijo Rebekah.

—No, está bien. Ustedes siéntense, pónganse cómodas que yo me encargo.

Mis tías se fueron y escuché el timbre de nuevo. Era Kol y Davina junto con mi hermana y Josie.
Como antes, Lena los dejo pasar ya que era una de las dueñas de la casa.
Ellos fueron hasta el patio de atrás y también me saludaron.

—¡Hermana! —me saludo Hope.

Hope se abalanzó sobre mi y yo me quedé confundida.

—Hola, Hope, yo también te extrañe. —dije en broma y correspondiendo su abrazo.

—¿Cuánto tienes? —dijo ella alegre.

—¿Qué?

—¿Cuántas semanas de embarazo tienes?

Me quedé de piedra al escuchar lo que decía. Pero dejé lo que estaba haciendo y me la llevé a un lugar más privado para hablar.

—¿Cómo sabes que estoy embarazada? Te lo dijo la Tía Freya, ¿Verdad?

—¡¿Qué?! ¡No!, Solo que puedo sentir un poder formándose en ti. Dos de hecho.

—Esta bien, no digas nada que quiero decirlo yo.

—Aguarda, ¿La tía sabe?

—Sí.

—No me respondiste.

—Tres semanas.

—¡Que emoción! —dijo saltando de alegría.

—reí—. Que tonta eres.

—¡Oye!

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En un momento que estaba concentrada en el fuego, llega Lena y me abraza por detrás.

—Amor, estoy toda sudada —dije.

—No importa, no es la primera vez que te toco estando sudada —dijo con un tono coqueto.

—Ignoré su tono y le pregunté—. ¿Ya llegaron Sabrina, Sam, Andrea, Ruby y Derek?


—Aun no, pero deben estar por llegar.

Cuando dijo eso se escuchó el timbre y ella se separó de mi.

—Deben ser ellos.

A pesar de que Derek estaba con Alisson, él nunca estuvo de acuerdo con su decisión y siempre me apoyó, así que lo invité. Las amigas de Lena también, ya que como yo invite a los míos, ella iba a invitar a los suyos.
Un rato después llegó Sabrina a saludarme y luego Derek.

Lena y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora