—Luc, si intento hacer el ollie, ¿crees que me la hostio o que me sale? —preguntó la castaña mientras lanzaba la lata al cubo de basura, cantando.
—Prueba a ver, pero no voy a apostar porque la cosa está en 50-50 —respondió mirando a su hermana subirse en la tabla—. Dale minion.
Y Diana se agachó, cargando el peso en la tabla, y hizo bien el primer paso, hacer que la tabla salte de la parte de detrás, pero, como sabéis, nuestra querida Diana es muy torpe y patosa, así que el truco no salió, lo único que salió fue la tabla hasta la nariz de Diana, alterando a Lucas.
—¿Estás bien? —preguntó el azabache posicionándose a su lado, Diana negó con la cabeza.
—Me ha subido la regla a la nariz —Lucas la miró serio antes de empezar a reírse—. No te rías —exclamó dándole golpes en el hombro.
—¿Tienes la tarjeta esta rara del médico que mamá siempre nos obliga a llevar? —Diana asintió— Vale pues vamos a emergencias o algo.
Diana no dejó de agarrarse la nariz en ningún momento.
—A la próxima no le des tan fuerte al tail —habló Lucas enganchando el skate de Diana en la mochila y poniéndosela en la espalda mientras llevaba su skate en el brazo—. ¿Te duele mucho?
—Más o menos, no sé —Lucas rodó los ojos mientras giraban una calle y Diana le daba el móvil—, la tarjeta está dentro de la funda, ten cuidado que tengo dinero dentro.
—Ok.
—Cabrón.
Al terminar la calle estaba el médico, entraron y Diana entró en una consulta. Al rato salió con cara de pánico y algo pálida.
—Ahora, mi querido hermano, vamos al hospital porque tienen que hacerme una radiografía —Lucas suspiró mientras los llevaban en la ambulancia al hospital, que da la casualidad que estaba en la otra punta de la ciudad.
⌛
—Lo que me suponía —murmuró el doctor—. Te has fracturado la nariz, en dos semanas o así empezará a sanar. Por suerte no ha sido muy grave.
—¿Cómo lo curo? —preguntó la castaña poniendo la cabeza en una posición extraña por si volvía a sangrar no mancharse.
—Te puedes tomar un paracetamol para disminuir el dolor, y te puedes pasar hielo por la zona que te duela.
—¿Entonces no se tiene que poner nada más? —preguntó ahora Lucas, el doctor negó.
—¿Entonces puedo irme? —el doctor volvió a asentir y ambos adolescentes se fueron.
—Mira la parte positiva —habló Lucas después de un largo silencio—, rinoplastia gratis —se río de su hermana.
—¿Se la has chupado a un payaso o porque tan chistoso? —el mayor la miró mal para después empezar a reírse los dos.
—¿Esas dos no son tus amigas? —volvió a hablar Lucas cuando doblaron una esquina. Diana se escondió detrás de él—. ¿Qué hace?
—No pienso dejar que me vean con estas pintas, parece que haya merendado marihuana —contestó mientras su hermano la miraba con el ceño fruncido.
—Diana no es para tanto
—Cállate, qué vergüenza, además de parecer que desayune y meriende droga, estoy más pálida y con la nariz rota.
—Diana, escúchame —la menor levantó la vista mirando a su hermano, el cual se había parado—. No pasa nada si tienes el aspecto horrible, no es tu culpa, y que no te afecte la opinión del resto.
—Pero
—Nada de peros —la interrumpió—. Ahora sonríe, que estás muy guapa pareciendo una vagabunda.
—¿Una vagabunda? —preguntó sonriendo.
—Una vagabunda muy sexy, ahora tira —le dio un empujón para que volviera a andar.
Diana rodó los ojos riendo mientras volvía a andar, rezándole a todo tipo de dioses para que Olivia y Emma no la vieran.
—¡Diana!
—Mierda.
—Cállate y saluda con normalidad, no quiero volver al hospital porque te de un ataque —Diana le dio un codazo mientras se giraba.
—Eres un idiota —le dijo mirándolo mal—, solo yo me puedo burlar de mis defectos.
—¿Qué defectos, reina? —preguntó el azabache con el ceño levemente fruncido— Eso no es un defecto, es algo que pues te ha tocado a ti, al igual que le ha tocado aguantar a más de medio mundo.
—¿Por qué eres tan bipolar? —preguntó la menor mientras Emma y Olivia estaban a escasos pasos de ellos dos.
—Mira, de ahí tu bipolaridad también —Diana rodó los ojos desviando la vista a sus amigas.
—Hola, chicas —saludó Diana mirándolas, hasta que se dio cuenta de que estaban mirándola raro por sus pintas. Diana iba con una camisa a cuadros con sangre, un vaquero roto, despeinada, una herida en la mano y una compresa en la nariz. Ojeras notables y demasiado pálida.
—¿Qué te ha pasado? —preguntó Olivia, y en el tono en el que usaba la voz se podía saber que estaba preocupada.
—Se ha tragado el skate porque no sabe medir su fuerza —se río Lucas, ganándose un puñetazo de Diana—. Diana la fuerza —se quejó sobándose el brazo.
—Pues te callas.
—A la próxima te vas tú sola al hospital y allí te apañas.
—Eres insoportable —Lucas le sonrío y Diana rodó los ojos—. En fin, sí, me he tragado el skate y en vez de sangrar por la vagina he terminado sangrando por la nariz.
—Eres una guarra —se escuchó a Lucas quejarse.
—Rézale hasta a satanás para que me calle y no la lie —Lucas abrió los ojos y giró la vista rojo.
—¿Ahora estás bien? —preguntó ahora Emma.
—Quitando el hecho de que casi me quedo sin nariz por desastre, sí.
—Me alegro —le sonrío Olivia.
—En fin, tenemos que irnos, papá estará preocupado —dijo Diana con prisas y empujando a su hermano—. Nos vemos.
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Mi perfecta perdición ©
RomanceElla era un completo caos. Todo por donde pasaba quedaba destruido, y eso la destruía también a ella. Era un pequeño rayo de luz que quemaba y destruía, por la oscuridad que le nublaba la vista. Diana era un desastre hecho para repararse y ser fuert...