Capítulo 38

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Los adolescentes estaban en el río, Diana sentada con un libro entre sus manos, Olivia hablando con Anna dentro del río, y Lucas hablando con Emma de una serie. Diana levantó la vista a las chicas, sonriendo al escuchar la carcajada de la pelirroja, volviendo su vista al libro.

—Diana.

—Dime —respondió sin levantar la vista del libro.

—Metete —pidió, causando que la nombrada la mirase—, porfa.

—No —contestó para pasar su vista al libro.

—¿Es más interesante el libro que divertirte conmigo? —preguntó, pero rápidamente se corrigió— Con nosotras.

—Olivia, no —volvió a repetir, y la pelirroja se dio cuenta que de verdad no quería entrar al agua, ya que no usó su tan básico apodo, pero el que tanto le gustaba que saliera de sus labios junto a una sonrisa.

—¿Luego podemos hablar? —Diana asintió para después seguir con su lectura.

Una lectura a la cual no se estaba concentrando, y terminaba leyendo la página 3 veces.

Soltó un suspiro y se tumbó, poniendo el libro en su cara.

—Alguien está estresada —canturreó Emma arrebatándole el libro—. ¿Qué lees, bollera mística?

—Porno —respondió sarcástica—. Claramente romance bonito que te hace llorar, duh.

"Ahora mismo solo quiero sentirte cerca de mi, dije, o algo parecido, y de pronto estuvimos tumbadas en la cama de Annie, abrazándonos y a veces besándonos, pero sin llegar a acariciarnos ni nada. Sobre todo, estábamos felices". Qué bonito —exclamó poniéndole el libro en la cara a Diana otra vez.

—Ojalá yo —murmuró dando un suspiro.

—Algún día podrás —comentó su hermano entrando al río.

—Sí no me quiere ni mamá —le respondió, pero en el fondo eso le dolía, porque de cierta forma era cierto.

—Diana no digas eso —habló su hermano viéndola con pena.

—Perdón.

Pasó un rato, y Diana terminó durmiendo con el libro en la cara. Y llevaba así unos quince minutos hasta que Olivia se acercó.

—Diana —le habló, y pensó que la estaba ignorando, así que volvió a hablarle—. Diana Oye, no me ignores —le movió el brazo, pero tampoco hubo respuesta, así que le quitó el libro de la cara, encontrando la respuesta al porque no le respondía.

La pelirroja sonrió, mirando el rostro relajado de la castaña, su mirada bajó al brazo que tenía al lado de la cara, y se fijó en pequeñas cicatrices—. ¿Cómo no me había fijado antes? —Se preguntó, luego se preguntó si eran de lo que pensaba que eran.

Por suerte, las cicatrices estaban cicatrizadas, casi ni se notaban, lo que indicaba que eran de hace tiempo.

Olivia aprovechó la tranquilidad del momento, o que Diana estaba dormida, para admirar su rostro.

Tenía tres pecas al lado del ojo, y otras tres en mitad moflete derecho, y algunas pequeñas, casi invisibles, por los pómulos y la nariz. En cambio, en Olivia si se notaban bastante.

—¿Observando a la amada? —preguntó Emma acercándose a la ojiverde.

—Cállate.

—Lánzate, no pierdes nada —comentó levantando los hombros.

—No me voy a lanzar —se negó, le daba muchísima vergüenza el rechazo, y a la vez miedo el perder la amistad que tenía con la castaña.

—¿Te gusta? —Olivia asintió levemente mientras empezaba a sonrojarse— Entonces, lánzate y dile lo que sientes, estoy segura de que si te rechaza, lo hará de forma delicada para no hacerte sentir mal.

—Ya, pero, ¿y si no le gusto yo?

—¿Y si dejas de pensar en el y si y te quitas la duda de una vez? —Olivia sonrió agachando la cabeza.

—Chicas —las llamó Lucas acercándose junto a Anna—. ¿Os apetece explorar las montañas y los prados? Nos hacemos un bocadillo por cabeza, pillamos agua y nos vamos de aventura.

—Por mi genial —contestó Emma sonriendo.

—Por mi igual. ¿Diana querrá? —preguntó mirando a la nombrada.

—Conociendo a Diana, la pregunta sería, ¿Diana prefiere quedarse en casa? Ahí deberíamos preocuparnos —contestó el mayor.

—Pues vamos a la casa a prepararlo todo —habló Anna yendo a por su toalla para secarse.

Olivia decidió despertar a Diana mientras todos recogían para volver a la casa.

—Diana, hey, despierta, oye —la movió del brazo con la intención de despertarla, pero tenía el sueño muy pesado.

—Déjame a mi, Olivia —habló Anna, poniendo las manos en cuenco y llenándolas de agua y lanzándosela a Diana en la cara, despertándola por completo—. Solucionado.

—Anna, te voy a matar —dijo levantándose de golpe.

—Sí, sí, genial, ahora levántate que nos vamos.

—Que agresividad —susurró retrasando el paso para ir al lado de la pelirroja—. Hola —saludó sonriendo y cruzando los brazos por encima de su cabeza.

—Hola —sonrió de vuelta.

—Una cosa, que voy un poco perdida, ¿a qué vamos a casa?

—A preparar bocadillos e ir a investigar el monte —respondió abrazándose a ella misma, le estaba entrando frío.

—Genial, sacaré mi cabra interior ¿Quieres mi camisa? —le preguntó quitándosela, pues llevaba una camisa negra y debajo una camiseta blanca.

—Sí, gracias —respondió mientras se la ponía con una sonrisa.

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Buenaaas.

Dios mio odio el verano, es la peor estación que puede existir, yo me quedo feliz con mi otoño.

Lo único bueno del verano son las vacaciones.

En fin, lo prometido es deuda, aquí tenéis el capítulo.

La parte de "Diana, despierta" me ha recordado a Eddie con el "Chrissy wake up, i don't like this" JAJAJA

Bueno, nos vemos en otro capítulo, lo subiré seguramente el martes<3

Mi perfecta perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora