Capítulo 19

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-Pelirroja -llamó Diana acercándose a la recién nombrada -. ¿Crees que podrías ayudarme a estudiar de geografía? -preguntó con una leve sonrisa.

-No sé, Diana, tengo que hacer los deberes de matemáticas y no es que se me den especialmente bien -respondió mientras se dirigían a la salida del instituto.

-A mi se me dan genial, ¿yo te ayudo en mates y tú a mi en geografía? -Olivia la miró completamente seria para después sonreír.

-Vale, va. ¿Hoy te viene bien?

-Sí, por supuesto, sí -respondió sonriendo-. ¿A las 4?

-A las 4 -afirmó la pelirroja con una leve risa.

-Pues... Nos vemos -habló Diana agarrando las asas de la mochila.

-Chao -contestó Olivia yéndose en dirección contraria a la de la castaña.

La pelirroja giró un poco la cabeza, viendo como a cada paso que ambas daban se iban alejando. De repente Diana se giró, buscando la mirada que se había clavado en ella. Cuando la encontró, y se dio cuenta que era de la pelirroja, le sonrió para después mover la mano en forma de despedida y cruzar una calle.

Sin duda alguna, Diana era una chica curiosa, que detrás de la fachada que le enseñaba a todo el mundo, había todo un mundo por descubrir, y Olivia lo descubriría, no tenía duda de que lo haría.

Pero la castaña no es la única que guarda un millón de cosas detrás de una simple sonrisa, pues Olivia ocultaba cada problema de la misma forma.

La pelirroja tenía problemas económicos, su hermano mayor intentaba ayudar trabajando por las tardes en una cafetería, pero ella también quería ayudar, aunque no sabía cómo, así que dejó de pedir libros, CDs, y cualquier capricho que le gustaría tener. Incluso dejó de pedir ropa que le gustaba por no empeorar las cosas.

Olivia había pensado más de una vez en empezar a pintar, no para ella, si no para empezar a vender por algún lado su arte, y conseguir un poco de dinero para ayudar a sus padres.

Al llegar a su casa, dejó la mochila y la chaqueta en su habitación para después salir y empezar a ayudar a su madre con la comida.

-Mamá, ¿puede venir una amiga por la tarde? -preguntó mientras se sentaba en la mesa.

-¿A qué? -preguntó de vuelta la mayor.

-Me va a ayudar con matemáticas y yo la ayudaré con geografía -contestó jugando con la comida.

-Claro, pero no desordenéis la casa. Yo después de comer me iré a trabajar.

Olivia asintió y empezó a comer. Con la mente pensando en si Diana le diría algo de la casa, por ser muy pequeña, o por cualquier cosa mínima que hubiera o directamente no hubiera.

Terminó de comer y dejó los utensilios utilizados en la pica, para después irse a recoger su habitación y ordenarla un poco.

-Me voy a trabajar, cualquier cosa me llamas -Olivia asintió mientras se hacía un moño mal hecho.

De repente le entró una llamada en el móvil, era Diana.

-Dime -habló poniendo el manos libres y poniendo los libros en la estantería, pues acababa de quitar el polvo.

-Creo que me he perdido, no sé donde estoy... Pelirroja, no te rías, que te he oído -Olivia soltó una carcajada mientras escuchaba a Diana quejarse.

-¿Enserio te has perdido? Si vivo a cinco calles de ti.

-¡Lo sé, pero soy gilipollas! -recalcó la castaña- Ah, ya veo tu casa, ah.

-Diana por Dios -se rió la pelirroja mientras colocaba el último libro en la estantería.

-Abreme que ya estoy abajo -sentenció antes de finalizar la llamada.

La pelirroja se dirigió hacia la puerta y abrió la de abajo, no sin antes preguntar si estaba abajo, después abrió la de su piso y se asomó por las escaleras para ver a su amiga mirando hacia arriba para ver si estaba yendo en buena dirección.

-¿Ahora es cuando me secuestras y me asesinas? -preguntó la castaña mirando a Olivia mientras terminaba de subir los últimos escalones.

-Claro, para después vender tus órganos y mudarme a Italia para ser una artista super famosa Italiana pero con origen español -le siguió el juego mientras cerraba la puerta y se dirigían a su habitación.

-Bonita habitación, la mía es un desastre -comentó mirándola detalladamente.

-Gracias -respondió Olivia levemente sonrojada.

-¿Empezamos por mates o por geo?

-Como tú quieras -contestó la pelirroja mirándola.

-A mi me da igual -objetó, aún mirando la habitación de Olivia, más específicamente un dibujo que había encima de su cama. Era una mano, llena de heridas, con un lazo gastado atado en él, pintado con acuarelas, dándole un impacto sentimental a Diana-. Olivia.

-Dime.

-¿Ese dibujo lo has hecho tú? -preguntó, sin apartar la vista de él.

-Mhm, sí, ¿por?

-No, por saber si solo eras fan del arte o también lo hacías, y veo que es ambas -contestó, apartando la vista del dibujo- ¿Te explico lo de mates?

Preguntó, cambiando de tema y centrándose en lo que había ido a hacer, estudiar, aunque también era una excusa para pasar un poco de tiempo con la pelirroja que estaba a su lado.

Ambas chicas se empezaron a sumergir en el tema de matemáticas, el cual estaba siendo explicado por Diana. Sumergiéndose en los números, y olvidándose de cada problema que rondaba por sus mentes, disfrutando de los segundos que pasaban estando las dos juntas.

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Holaaa, he vuelto.


Espero que estéis bien. Comentad y votad si os está gustando, un beso a todxs <3

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Mi perfecta perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora