—Ha sido muy gracioso —reía Emma.
—Es que soy genial —continuó Diana de la misma forma, pero se fijó en la mirada de Olivia. No estaba escuchando lo que estaba diciendo—. Pelirroja, ¿estás bien? Te noto ida.
—Yo he vuelto con Alex, hace dos semanas.
Los ojos de Diana y Emma estuvieron a punto de salirse de sus órbitas. ¿Estaban escuchando lo que estaban escuchando? La respuesta es muy clara, y es obvio que sí habían escuchado perfectamente la bomba que había soltado la pelirroja.
—¿Después de todo el daño que te... ? —Diana la calló poniéndole la mano en la boca y mirándola mal. Ese no era el momento de echarle en cara las cosas.
—¿Tú estás feliz por eso? —preguntó Diana, mirándola con empatía.
—¿Sí? —Diana arqueó una ceja de forma graciosa, sacándole una leve risa a Olivia— No lo sé, es que, no sé.
—Bueno, como consejo de Casanova, creo que deberías aclararte primero antes de hacer nada —Olivia la miró con una sonrisa, mientras que Emma la miraba confundida.
—Pero, si se supone que la única persona que te gusta es una tía random a la que no le molas, o eso dices —replicó la rubia mirándola mal.
—¿Te quieres callar?
—Cuando me digas quien te gusta.
—Que pesada eres —exclamó, alargando la e del eres. Pero a la vez riendo—. Si me da un arrebato te lo digo.
—¿Jesucristo? Si me escuchas, haz que la guarra de mi lado tenga un arrebato y me diga quien es la tía que le mola —dijo, poniéndose en posición de rezar.
—Anda, levántate, payasa —habló Diana agarrándola del jersey y sentándola en el banco.
—Ahí está Alex, me voy —espetó la pelirroja poniéndose de pie.
—Cualquier cosa nos llamas —continuó Diana, levantándose y dándole un abrazo—. Si te hace algo le corto los huevos, te lo juro por mi gata Minerva.
Consiguió sacarle una carcajada, y eso la hizo muy feliz por un momento. Digo por un momento, porque al verla irse de la mano con Alex se le rompió un poco el corazón.
—¡Ya se quien te gusta! ¡Puta guarra, anda que me lo dices antes! —exclamó agarrándola de los hombros.
—Ah, ¿sí? Y quien es, si tanto lo sabes
—Olivia.
—Oh, sí, me has cazado, me tiene a sus pies, Oh my God, what a shame, you've found me out! —exclamó irónicamente.
—Diana, no cuela, vi en tu carta de francés que en el principio ponía querida pelirroja —Diana la miró sería—. ¿O me equivoco?
—Te equivocas, pero demasiado.
—Demasiado diría yo que te gusta Olivia.
Diana rodó los ojos, ignorando a su amiga completamente.
—No me gusta —respondió, ya dejándose de bromas y mirando el suelo—. Es imposible que me guste Olivia. Además, ella está con Alex.
—¿Y? —Diana la miró con el ceño fruncido— ¿Qué más da que alguien tenga pareja para que te guste o no? Tú no eliges quien te gusta y quien te deja de gustar.
La castaña no respondió, no porque no quisiera, sino porque no sabía que responder.
—Ahora, sé sincera y dime, ¿te gusta? —Emma buscó la mirada de Diana hasta que la encontró.
—Gustarme es poco, Watson —contestó con una leve sonrisa.
—¡Ah! ¡Lo sabía! —gritó para después abrazar a la castaña— No quiero que pierdas las esperanzas con Olivia.
—Claro que las voy a perder, ella tiene novio y nunca se fijaría en mí.
—Olivia es bisexual, sus cosas con Alex van de mal en peor, y estoy segura de que cuando se le pase el encoñamiento con el payaso este, se fijará en ti —afirmó la rubia, sonriendo como si no hubiera un mañana.
—Mira, paso de pensar ahora en una vida perfecta junto a la pelirroja, ayúdame a despejarme o algo —Emma sonrió con maldad.
—Mi primo iba a hacer botellón en no se donde, ¿vamos?
—Lets go to the party.
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Buenas.Por si no os habéis dado cuenta, nunca hay hora exacta al publicar los capítulos.
Oa iba a decir algo pero se me ha olvidado, así que si me acuerdo os lo diré en el próximo capítulo, que lo publicaré el viernes, a que hora? pues no lo se ni yo.
Y perdón por hacer em capítulo corto, tengo ideas pensadas y creo q voy a cambiar cosas que iba a poner el los próximos capítulos.
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Mi perfecta perdición ©
RomanceElla era un completo caos. Todo por donde pasaba quedaba destruido, y eso la destruía también a ella. Era un pequeño rayo de luz que quemaba y destruía, por la oscuridad que le nublaba la vista. Diana era un desastre hecho para repararse y ser fuert...