Capítulo 39

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—¡A perdernos en el bosque y que nos coma un jabalí! —gritó Diana riendo mientras Anna le daba una colleja en la nuca.

—Cállate, idiota.

—Auch, me dolió, ¿pero sabes qué duele más? —Anna la miró mal— Tus miradas de odio, cabrona.

—Gilipollas.

—Anormal.

—No te definas, corazón.

—Vete a la mierda.

—¿Entonces voy a ti?

—¡Eres cruel! ¿Luego soy yo la que es de slytherin y tú la hufflepuff? —preguntó completamente indignada.

—Por esa razón somos mejores amigas —respondió la rubia sonriéndole.

—Este es el claro ejemplo de que los estereotipos de las casas de Hogwarts son falsos —comentó mirando a las chicas, empezando a andar de espaldas—. ¿Qué casa sois vosotras?

—Me ha salido muchísimas veces hufflepuff, pero también ravenclaw, así que no sé, pero supongo que más hufflepuff que ravenclaw —contestó la pelirroja con timidez.

—A mi no me gusta Harry Potter —contestó Emma y todos la miraron—, pero Olivia me obligó a hacer el test y me salió ravenclaw.

—Lo intuía —le dijo Diana sin dejar de andar de espaldas.

—¿Por ahí no había un barranco? —le preguntó Anna a Lucas, este asintió mirando a su hermana, la cual levantó una ceja.

—¿Qué?

—Nada.

—No, dilo.

—Nada.

—Lucas.

—Diana.

—¡Dímelo! —suplicó haciendo un énfasis en la o.

—No te tires del barranco —finalizó el azabache.

—No lo tenía pensado, aún tengo que vivir mi romance adolescente —le sonrió, Lucas rodó los ojos—. ¿Qué? Tengo mis metas antes de morirme O matarme —susurró esto último, lo cual nadie escuchó, para su suerte.

Llegaron al barranco y Diana se asomó, pero Olivia la agarró del brazo.

—¿Tampoco te fías de mi? —le preguntó sarcástica— Primero quiero decirte Decirle a la que me gusta lo que siento, luego si eso que sea lo que Dios quiera.

—No es que no me fie de ti, es que no quiero que te resbales y a tomar por culo todo —contestó, y Diana le terminó por sonreír, empezando a ver como el sol iba directo a tras de las montañas, queriendo atardecer.

—¡Chicas! —las nombradas miraron a Lucas, Anna y Emma— Nosotras vamos a ver que hay por aquí, ¿os quedáis?

—¡Sí! —le gritó de vuelta Diana para después mirar a la pelirroja sonreírle.

Ambas volvieron la vista a las montañas, entrelazando sus manos, montando un remolino de mariposas en sus estómagos.

—¿Sabes? He oído que gritarle a la nada desahoga —comentó Olivia mirando a Diana—. ¡Estoy harta de huir de las cosas! —gritó, sorprendiendo a Diana— Pruébalo.

—Vale, va ¡Quiero dejar de hundirme por el qué dirán! —Olivia apretó el agarre en sus manos.

—¡Quiero querer sin miedo!

—¡Quiero dejar de sentirme juzgada!

—¡Quiero decir lo que siento sin miedo al éxito o la derrota!

—¡Quiero quererme! —gritó con todas sus fuerzas, notando ardor en su garganta, notando la mirada de la pelirroja— ¡Quiero encontrarme y volver a ser yo, no versiones que quieran el cariño de una madre ausente! ¡Quiero ser yo sin tener miedo! ¡Quiero vivir!

—Diana —la castaña tenía la vista empañada por las lágrimas, y fija en las montañas.

—Quiero volver a sonreír sintiéndome completa

—¿Quieres un abrazo? —la castaña asintió, enrollando sus brazos en la cintura de la pelirroja.

A Diana le encantaba Olivia en estos momentos, porque no la atosigaba a preguntas, solo estaba ahí dándole su hombro, que era lo que más necesitaba.

Olivia le dio un beso a la cabeza de Diana, notando su cuello mojado por las lágrimas de esta.

Al rato, Diana se separó con lentitud, pasando el dorso de su mano por sus mejillas, limpiando las lágrimas.

—Quiero seguir gritándole a las montañas —aseguró sonriendo.

—Yo también —sonrió, sin saber si soltarle la mano o no.

—Dale, empieza tú.

—¡Estoy harta de que la sociedad rompa a personas que valen oro! —Diana la miró sonriendo y completamente sonrojada.

—¡Odio la sociedad!

—¡Odio a los profesores!

—¡Odio a los padres!

—¡Odio no poder decir lo que siento!

—¡Yo odio el no tenerte como quiero! —Olivia la miró con los ojos abiertos— ¡Me gusta Olivia Ortega!

—Te ¿Te gusto? —preguntó confundida, mientras Emma estaba detrás de un arbusto con la mano de Anna en la boca para que no gritase y Lucas agachado sonriendo.

—¿No era bastante obvio, pelirroja? —preguntó de vuelta, riendo por los nervios— Quizá sea la peor decisión de mi vida, pero me gustas muchísimo.

—Déjame procesar un momentito, ¿vale? —Diana asintió, soltando su mano y empezando a pasear por el pequeño prado.

De vez en cuando, miraba a Olivia, la cual se había quedado mirando un punto fijo, pensando. Diana bajó la vista al barranco, se veía un pequeño río y algunas flores llamativas, las que la hicieron sonreír.

De pronto, notó un agarre en su brazo, era Olivia. La castaña le sonrió débilmente mientras la pelirroja se sonrojaba con fuerza, causando que las pecas de su rostro fuesen más notables.

—También me gustas —susurró evitando la mirada de alegría de la castaña.

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Hola buenos días, que conste que estoy despierta porque me ha tocado madrugar para renovarme el dni, si no el capítulo lo subiría por la tarde.

Por cierto, QUE MAL SALGO EN LA FOTO DEL DNI, dios mío.

En fin, aquí el capítulo, comentad y votad, me encanta leer comentarios cuando dejáis alguno.

Un besazo y que lo paséis bien<3

Mi perfecta perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora