Capítulo 27

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—En un mes y algo termina el curso y pasamos a cuarto —habló Emma mirando a unos niños tirarse por un tobogán.

—Habla por ti, porque yo no creo pasar de curso —contestó Diana mirando al frente.

—No seas tan negativa —le reclamó Olivia, girándose y mirando su perfil—. Solo repetirás si te caen las troncales y a ti esas tres se te dan bien.

—Ya, pero el resto no se me da bien —respondió, aún sin girarse.

—¿Ah, no? ¿Y plástica e inglés? O Educación Física, o tecnología, o Francés. ¿Esas no cuentan?

—A ver, si lo miras así

—Diana, porque te caigan geografía e historia y física y química no va a pasarte nada.

—Bueno, si quitas el guantazo que me dará mi madre, claro que no me pasará nada —respondió, soltando una risa falsa.

—Tía, a mi se me da bien la química, sabes que puedes llamarme y preguntarme cualquier duda —habló Emma, mirando como su amiga se estaba poniendo nerviosa—. ¿Te da miedo repetir o tu madre?

Esa pregunta pilló de sorpresa a la castaña. Y la verdad es que si le daba miedo su madre, pero no lo iba a admitir, no en voz alta.

—¿Yo miedo? Pff, antes muerta ¿Ese no es el cabr Alex? —preguntó, entrecerrando los ojos mirando a un adolescente andar mirando el móvil.

—Voy a saludarlo, ahora vuelvo —habló una sonriente Olivia levantándose del banco.

—Ojalá le atropelle un coche por despistado —murmuró Diana mirando a ambos adolescentes hablar.

De repente, Alex miró a Diana mientras sonreía, luego volvió su vista a su novia, agarrándola de la cintura y empezando a besarla. De alguna forma extraña, Alex sabía que Diana tenía sentimientos por su novia, y gracias a eso, siempre tendría una forma de joderla. Mientras tanto, a la castaña se le rompió algo por dentro.

—Corrijo, ojalá lo descuarticen y lo hagan sufrir de una forma increíble —Emma la miró con una leve risa, pensando que estaba de coña como siempre, hasta que se fijó en sus manos, las tenía apretadas, al punto de que sus nudillos estaban igual de blancos que la leche.

Realmente, Diana no estaba enfadada con Alex, solo eran celos, celos porque él podía besarla cuando se le antoja, celos de que podía acariciarla cuando quisiera Celos porque él no la trataba como realmente se merecía.

—¿Cómo Olivia puede seguir con él con lo mierdas que es? —preguntó Diana, desviando la mirada a Emma.

—Creo, Diana, que eso es algo que solo ella sabe, y no deberíamos meternos de por medio, aunque tienes toda la razón —respondió, sin apartar la vista de ellos—. Creo que deberíamos hablar con Olivia, pero sin alterarnos —esto último lo dijo mirando a Diana, sabiendo que su paciencia era casi nula.

—Mientras se de cuenta de que clase de persona es su novio.

—Olivia, Emma tiene algo que decirte, y luego yo daré hechos —habló Diana sentándose en el puf de la habitación de Emma.

—A ver como empiezo —susurró, sentándose en el borde de la cama—. Creo Creemos, Diana y yo, que Alex no es de fiar.

—¿Por? —preguntó confundida.

—La forma en la que aplaza vuestros planes, por ejemplo —habló Diana, con los ojos cerrados y medio sobada en el puf—. Bueno, y quien dice aplazar dice cancelar.

—Eso es mentira, él me quiere mucho —gesticuló empezando a ponerse de mal humor.

—¿Te lo dice o te lo demuestra? Porque no es lo mismo que yo te diga que te quiero, a que te lo demuestre con acciones —continuó hablando Diana—. Ahora, los hechos de que no es de fiar —dio un salto y se puso de pie para empezar a dar vueltas por la habitación, como cada vez que hablaba de algo que sabía a fondo—. Yo, cuando vivía en mi otro pueblo, tenía un grupo de amigos, si se les podía llamar así, por supuesto. Ese grupo estaba formado por Anna, que a ella ya la conocéis, Lucía, tu Alex, y un tal Juan.

>>Cuando pasamos a 2do de la ESO, Anna se pilló muchísimo de Alex, y supuestamente él de ella. En un mes o así ellos empezaron a salir juntos. Anna siempre me decía lo bien que la trataba los primeros meses, que si la había llevado a ver un sitio super bonito, que si le había regalado algo precioso. Pero precioso solo tenía la cara, y precioso solo fue el primer mes o así A los 4 meses de estar saliendo, yo estaba paseando con Anna por la plaza del pueblo, la cual era bastante pequeña y se podía ver perfectamente lo que todos hacían, también había algún que otro bar y cafetería. Bueno, pues entramos en la plaza para ir a la cafetería de confianza a comprarnos algo, pero antes de dar más de tres pasos, vimos a Alex tirándole los trastos a Lucía, y ella como si nada. Anna salió muy mal de ahí, y cada día no dejaba de llamarse con Alex para discutir, no hablaban en persona porque Anna tenía miedo, miedo de ponerse a llorar o que Alex le llegará a hacer algo en uno de sus arrebatos.

Diana terminó de contar la historia de Alex, con la garganta seca, y un sentimiento de nostalgia que le fue invadiendo poco a poco.

—¿Y me tengo que creer eso? —preguntó Olivia.

—Mira, tú haz lo que quieras, si quieres pregúntale por insta para ver si es verdad —contestó Diana sin ganas.

—No te creo —murmuró por lo bajo.

—Mira Olivia, te voy a ser un poco vidente ahora mismo, en unos meses vendrás llorándome, diciéndome que Alex te habrá puesto unos cuernos con los que no podrás ni pasar por la puerta, y yo como una imbécil te consolaré, ¡porque resulta que tú si me importas y no quiero verte llorando por un cobrón que solo quiere hacerte daño!

—¡Pero nadie te ha pedido ayuda! —comento igual de exaltada que la castaña y levantándose de la cama, encarando a Diana— ¡Nadie ha pedido que te metas por medio de mi relación!

—¡Pero lo estoy haciendo porque yo si te quiero y no me apetece verte llorar! ¡Que tú también pareces tonta, macho!

—Diana, no te alteres —murmuró Emma, sabiendo que no podía hacer mucho con sus problemas de ira.

—Olivia, dime, si yo estuviera saliendo con una tía, que me pone más cuernos que un ciervo, ¿lo dejarías estar? —Olivia se quedó callada— Respóndeme, Olivia.

—¡No, no lo dejaría estar!

—¿Ahora me entiendes cuando te digo que Alex no te hace bien? —pregunto de nuevo.

—¡Pero no es lo mismo!

—Olivia, escúchame y deja ya de gritarme —pidió Diana apoyándose en la pared—. Imagínate, que te pasa como a Anna, y lo pillas con otra tía, ¿qué harías?

—Pues Llamarte a ti o a Emma —respondió, sin poder mirarla a los ojos.

—¿Y si te digo que yo lo vi la semana pasada con una chavala? —susurró, ahora siendo ella la que no podía mirarla a la cara.

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Holaa, q tal? Yo genial, un poco agobiada con los estudios pero poco más.

Si le pudierais decirle algo a alguno de los personajes, ¿qué le diríais?

Diana

Emma

Olivia

Lucas

Alex

Con esto m despido, un besazo a todxs<3

Mi perfecta perdición ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora