Capítulo 54

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Demasiado pronto


Era el último día de clases antes de las vacaciones de verano. Durante todo el día busqué el mejor momento para entregarle la carta a Stacy, Perdón. Sophia...Sophia Robalino. Por desgracia todo el día estuvo con sus amiguitas, ¡vaya que tenía amigas! La rubia y alegre Alina no era la mejor amiga de Sophia, pero por alguna razón en aquel día estaban muy juntas. El reloj avanzaba cada vez más rápido, no quería quedarme con aquel pedazo de papel guardado en mi bolsillo.


El tono de la campana sonó, oficialmente las vacaciones de verano habían comenzado. Todos los estudiantes querían abandonar las instalaciones de la escuela lo más pronto posible. High school young; es la institución más prestigiosa de la ciudad. Las personas de la ciudad hablan muy bien de esa institución, la describen con disciplina y orden. 


Esa escuela no es nada de eso, en todos los años que estuve allí los estudiantes solo buscaban la forma de provocar el caos.

Fui arrastrado por la horda de estudiantes, nadé contra la corriente tratando de hallar a Sophia. Muy atrás en el fondo de la horda estaba ella y su amiga Alina. Estaban inmóviles esperando que todos salieran para poder salir con calma de la institución. Nadé en contra de la corriente para lograr llegar a donde estaba Sophia. Saqué la carta de mi bolsillo, y le entregué un trozo de papel con mis sentimientos en él. Su amiga Alina me miró con algo de ternura y rareza a la vez.


—Échale un vistazo en tu casa —le dije a Sophia en el instante que le entregué la carta. Ella sonrió, luego me marché.


En medio de la multitud de caóticos adolescentes, escuché: «te quiero».


La voz provenía desde atrás, giré media vuelta. Allí estaba Sophia a una distancia de cuatro metros, tenía el sobre de la carta en la mano izquierda, y el contenido de la carta en su mano derecha (al parecer ella no obedeció mis indicaciones). Yo no tenía otra alternativa que acercarme a ella.


—¡Así que me quieres! —dijo ella.


—¡Quizá! —dije carialegre. En el fondo tenía un ataque de nervios.


—¿Por qué me lo dices hasta hoy? —preguntó ella cruzándose de brazos.


No respondí nada, la miré a los ojos y ella a mí. No sé en qué momento nuestros labios decidieron decir algo así como «te quiero».


Para cuando nos percatamos todos se habían marchado a vivir el verano.


—Vamos, par de tórtolos —dijo Alina.


El parque en honor de Francisco de Paula Santander siempre estaba infestado de estudiantes (siempre eran los vagos de la institución los que se quedaban allí).


—¡Vamos! Ya es algo tarde —dijo Alina a Sophia.


—¿A dónde van? —pregunté.


—Al otro lado de la ciudad —dijo Sophia.


Nos quedamos mirándonos, sabíamos que debíamos despedirnos. Alina tomó a Sophia por el brazo.


—¡Vamos! —dijo Alina con un tono de desesperación.


—¡Adiós! —dijo Sophia.


—¡Te veo después del verano! —murmuré.

Sentimientos entre tinta y papel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora