Era 3 de septiembre de 2012. Ese día se había convertido en una de mis fechas especiales. Desperté por la madrugada, abrí la ventana de mi habitación, miré directo a Orión y le dije: «¡Feliz Cumpleaños!»
A pesar de todo yo siempre continúe esperando a la dueña de mi corazón.
Todas las canciones que le escribí no fueron simplemente letras en las hojas de una vieja libreta. Fueron la voz de mi corazón, mis sentimientos grabados entre la tinta y el papel.
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Sentimientos entre tinta y papel.
Roman d'amourSinopsis Los paraguas se detuvieron en medio de lápidas adornadas con crucifijos, fechas, nombres y un verso visible que perpetuaba la memoria del difunto. Algunos llevaban allí más de cien años, otros sólo meses. Algunos de los que descansaban en l...