Cuando terminé la canción Stacy me miró a los ojos y me regalo un beso, nos recostamos en las sillas a contemplar las luces del cosmos. Levanté mi brazo derecho para señalar con el dedo índice un cumulo de estrellas.
—¿Ves esas tres estrellas que se alinean perfectamente allí? —pregunté a Stacy.
—Sí—dijo ella.
—¿Alcanzas a ver esas cuatro estrellas que están situadas a su alrededor?
—Sí—asintió con la cabeza prestando poca atención.
—Esa de ahí es la constelación de Orión —dije señalando con el dedo índice— Orión es la constelación más conocida a nivel mundial debido a que puede ser vista desde ambos hemisferios. Orión es una constelación compuesta por doscientas cuatro estrellas, se dice que tiene la forma de un cazador, sinceramente no veo ningún cazador allí.
—¿Por qué me dices todo esto? —preguntó ella.
—Hay personas que les obsequian a quienes aman la Luna, Pero la Luna ha sido obsequiada demasiadas veces como para regalársela a alguien más.
—Tienes razón —dijo.
—Te regalo la constelación de Orión. Si alguna vez la distancia nos llega a separar, cuando estés triste, feliz o sólo necesites contarme algo, mira directo a la constelación de Orión y allí encontrarás mi mirada y yo espero encontrar la tuya. Ahora Orión nos pertenece, nosotros podemos darle la forma que queramos, ¿Qué te parece si Orión toma la forma de nuestro amor?
Stacy me miró con ternura sin decir una sola palabra, y una vez más nuestros labios dijeron lo que sentían.
Éramos dos jóvenes viendo cómo el otro crecía con una parte dentro de nosotros proveniente del otro. Nos convertíamos en adultos enseñando al otro a amar. Aquellos fueron nuestros primeros pasos en la peligrosa senda del amor.
Con cada día que transcurría se podía ver una hermosa y brillante luz que crecía al sur del cinturón de orión, y no era precisamente la luz de una gran nebulosa vista a simple vista desde la tierra. Era la luz de dos corazones unidos por el amor.
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Sentimientos entre tinta y papel.
RomanceSinopsis Los paraguas se detuvieron en medio de lápidas adornadas con crucifijos, fechas, nombres y un verso visible que perpetuaba la memoria del difunto. Algunos llevaban allí más de cien años, otros sólo meses. Algunos de los que descansaban en l...