El verano acabaría pronto. Ya que mis retratos de Sophia no eran los mejores, decidí terminar la canción que había intentado crear en su nombre. Pero no tenía ningún tipo de inspiración. Después de dar vueltas y vueltas a mis pensamientos, recordé la carta que le había escrito a Sophia. La mejor letra que tenía en aquel momento era esa carta.
Llame a esa canción «Letra de amor». A pesar de que disponía de toda una hoja llena de palabras en mi mente. Nunca logré hallar una melodía para acompañar las palabras. Seguí intentado. Pero con otra canción. Sophia era una chica linda, así que quise hacerle un homenaje a su belleza. A aquella canción la llame «Belleza infinita». Una vez más las melodías no salían de la caja de resonancia de la guitarra. Dicen que la tercera es la vencida, ¡mienten! La tercera y última canción que intente componer se llamó «Mi princesa», al igual que todas las anteriores fueron un completo desastre.
Todas las letras que escribí, simplemente fueron palabras sin voz dentro de una libreta que había logrado perdurar a través del tiempo. Las vacaciones de verano dijeron adiós.En memoria de los sueños que el río se llevó...
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Sentimientos entre tinta y papel.
RomanceSinopsis Los paraguas se detuvieron en medio de lápidas adornadas con crucifijos, fechas, nombres y un verso visible que perpetuaba la memoria del difunto. Algunos llevaban allí más de cien años, otros sólo meses. Algunos de los que descansaban en l...