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Isabella dio varios pasos atrás, aturdida, sin poder creer que finalmente tenía a la persona que tanto anhelaba encontrar

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Isabella dio varios pasos atrás, aturdida, sin poder creer que finalmente tenía a la persona que tanto anhelaba encontrar.
No sabía que hacer, no sabía que decir y la verdad es que tenía miedo, bastante miedo.

Le sostuvo la mirada, por dentro quería mirar hacia otro lado porque se sentía intimidada, pero ella era orgullosa y astuta así que no bajó la mirada en ningún momento y se quedó rígida mirando a Nikolay, quien sonrió aún más al verla allí, tratando de controlar sus nervios y parecer invencible.

—Luces tierna tratando de no lucir asustada —negó con la cabeza, acercándose dos pasos hacia ella.

—¡No te acerques! —Isabella elevó ambas manos en su dirección.

Nikolay elevó una ceja y se detuvo.

—No te haré daño, Isabella. Sé que no tienes porqué creerme, pero realmente no te quiero hacer daño.

Isabella soltó un gran suspiro y negó con la cabeza. Le creía, obvio que le creía, su voz era gruesa y sus ojos eran algo diabólicos, pero aún así había algo en él que le hacía creer y sus palabras sonaban sinceras. Seguía muy nerviosa y aún sin poder caer en cuenta de lo que estaba ocurriendo, por lo que solo atinó a soltar un suspiro y llevarse las manos a la cara en señal de frustración.

—¿Quién eres realmente? —sacó sus manos de sus ojos y miró al hombre que seguía frente a ella con una pequeña sonrisa de suficiencia— ¿por qué sonríes?

—Eres igual a tu madre —se elevó de hombros sin más y sus ojos le dieron una rápida mirada a la habitación—. No hablaré contigo en este lugar, así que necesito que tomes algo para pasar la noche y nos vayamos rápido.

La sensación de duda y terror se hicieron presentes en el cuerpo de la chica, sintiendo un pequeño vuelco en el estómago con aquellas palabras. No quería salir de su habitación e ir tras él porque podía ser peligroso, no solo por el hecho de que no lo conociera, si no porque Artur podría enterarse y las cosas se pondrían muy turbias. Sin embargo, se encontró a ella misma caminando hacia su cama y tomó un hoodie que Justin le había prestado.

Le dio una breve mirada a Nikolay quien miraba su reloj en su muñeca y golpeaba el pie contra el suelo algo impaciente.
Isabella no podía creer que lo tenía frente a ella y que luciera de esa forma, jamás se imaginó su rostro así, estaba aturdida con sus facciones marcadas y sus penetrantes ojos.

—¿Volveré?

—Claro que volverás, no queremos que Artur se entrometa en nuestros asuntos —carraspeó la garganta y comenzó a caminar hacia el balcón de la habitación.

Isabella cerró los ojos, preguntándose a si misma si estaba segura de lo que iba a hacer. Finalmente resoplo y miró por última vez a su habitación antes de seguir a Nikolay escaleras abajo a través del balcón.

Nikolay la tomó por sorpresa en brazos y comenzó a correr por el patio trasero hacia un tipo de escalón que había en un cerco donde dos guardias de la mansión de los Romanov le ayudaron a salir.
Isabella no tuvo que indagar más allá, bastó ese pequeño momento para darse cuenta que Nikolay tenía comprado a aquellos imbeciles que trabajaban para Artur y se preguntó a si misma cuántos otros guardias estaban comprados por cualquier otro enemigo de su supuesto padre, pensamiento que le causó algo de terror.

Fairytale ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora