Justin dejó a Isabella sobre la cama de la habitación que había estado usando él mientras estaba allí en Inglaterra. Soltó un gran suspiro cuando ardió la herida de su brazo, una bala lo había rozado.—Estaremos pendientes de los movimientos dentro de la cuadra. Yo creo que deberías hablar con el señor Romanov lo antes posible. Creo que es peligroso seguir teniendo a la muñeca aquí en Inglaterra —murmuró Peter, el guardaespaldas que había contratado Artur para cuidar de Isabella en aquel pais.
Justin soltó un gran suspiró al escuchar aquello, pero solo se limitó a asentir. No quería hablar con Artur, apenas lo conocía y no sabía como él iba a reaccionar si se enteraba de que su pequeño tesoro había sido secuestrado. Justin sabía que no era su culpa, pero aún así no se esperaba una buena reacción del amigo de su padre.
—¡Maldición! —resopló quitándose la camiseta con rabia, cosa que solo empeoró el dolor que sentía en su brazo izquierdo.
Por el rabillo del ojo vio como Isabella se removió en la cama. En seguida la miró, ya era hora de que comenzara a despertar, llevaba mucho tiempo desmayada.
—¿Qué qué diablos...
—Isabella —caminó rápidamente hacia ella.
—¡Justin! —Isabella saltó de la cama en cuanto reaccionó y lo abrazó con fuerza.
Justin cerró los ojos para aguantar el dolor que sentía en todo el cuerpo y le devolvió como pudo el abrazo.
—¡Dios mío! ¡Estamos vivos! —Isabella sollozó en silencio— Yo pensé que ellos me iban a matar y cuando llegaste y...
—¡Shh! —la hizo callar— Después hablaremos de todo esto. Ahora dime si estás bien y qué necesitas para...
Se quedó en silencio al notar que estaba siendo más amable de lo que debería, en realidad debería estar regañándola por ser tan porfiada e ingenua.
Estaba dispuesto a seguir hablando pero los sollozos de la morena lo interrumpieron.
Se quedó tieso en su lugar; jamás había consolado a una persona,
menos a una mujer que no fuera su propia madre y realmente no sabía qué hacer. Su personalidad era fría y temperamental, por lo que estas situaciones no iban con él.—Deberías tomar un baño caliente. Te vendrá bien y podrás relajarte; eso si... no te podrás escapar de las palabrotas que tengo para ti. ¡Tu padre me va a matar!
—Justin tengo vidrios en mi cuello —se quejó casi en silencio.
Justin pareció reaccionar en seguida y la tomó de las mejillas para examinar su cuello. Efectivamente tenía algunos vidrios incrustados, por esa razón estaba sangrando.—Cuando estes en el baño saldrán, no están incrustados por completo, solo están por sobre la piel.
Isabella asintió y sonrió brevemente, dejando de llorar por unos segundos. Se alejó de Justin para poder mirarlo a la cara y susurró; —Haré lo que dices.
—Bendito sea Dios por este milagro. ¿Tú? ¿Una mocosa mal educada obedeciendo por una vez en su vida?
Y ahí estaba de nuevo. Él.
Isabella rodó los ojos y se alejó para irse a su habitación.
—Justin —se giró antes de cruzar la puerta.
—¿Qué?
—Gracias, de verdad.
Justin se limitó a asentir, sin mirarla. Isabella soltó un suspiro y finalmente se fue.
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Fairytale ➳ J.B
Fanfiction"No eres mi cuento de hadas". Historia con contenido explícito. ⚠️Contenido de adulto. Leer bajo tu propia responsabilidad. No se aceptan copias ni adaptaciones. Idea completamente original. Justinbieber 2018. Portada: @j-mccann Inicio: 5/6/18