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Isabella soltó un suspiro cuando su madre la ayudó a despojarse de su ropa para entrar a la ducha

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Isabella soltó un suspiro cuando su madre la ayudó a despojarse de su ropa para entrar a la ducha.

—¿Qué te hicieron? —Irina tiró las prendas de ropa llenas de sangre al basurero.

Isabella, mirando a la nada, recordando lo sucedido, comenzó a llorar nuevamente.
No era la primera vez que le sucedía, pero si la primera vez que había sentido bastante miedo.

—Me golpearon ya que traté de escapar muchas veces y un imbécil se atrevió a tocarme, pero no llegó más allá, no se lo permitieron —miró a Irina aún asustada.

Irina negó con la cabeza y soltó un suspiro.

—No sabes cómo lo pasé durante el día, pensando que quizás no te volvería a ver, Isabella.

Isabella tiró de su mano y se abrazó al cuerpo de su madre. Necesitaba tanto sentirse protegida en esos momentos.

Si bien ella misma se lo había buscado y según su padre, quienes la tenían era solo unos idiotas, el hecho de haber estado todo el día atada, con una venda en los ojos, recibiendo golpes, escuchando gritos y con un arma en la cabeza, aún la tenían sin aire en el corazón.
Realmente pensó que una bala la atravesaría en cualquier instante. A sus dieciocho años, ya había vivido dos secuestros en menos de un año.

—Hija, yo... —Irina comenzó a temblar—. Lo qué pasó en el cumpleaños de Will, lo que tú viste, no...

—No quiero hablar de eso mamá, tengo mis motivos para estar enojada, pero no sé si vale la pena en estos momentos, luego hablamos de eso, ¿si?

Irina sonrió.

—Gracias.

Isabella sonrió.

—¿Mi padre está furioso? Realmente no quiero verlo, mamá —miró a Irina con miedo.

En el fondo Isabella sabía que recibiría el regaño del siglo.

—Insiste en hablar contigo. Así que date una ducha luego. Trataré de hablar con él.

Pero eso no tranquilizaba a Isabella. Sabía de antemano que aunque Artur le jurara amor eterno a Irina, nunca la tomaba en cuenta cuando de Isabella se trataba.

Se dejó caer en la tina y se abrazó a sí misma cuando el agua tibia tocó sus músculos. Había sido el día más largo de su vida. Aún tenía miedo, en su mente aún tenía la mirada de Travis sobre ella, apuntándole el cuello con una pistola.

Recordaba haber perdido la conciencia luego de eso y despertar en aquella sucia sala, repleta de humedad y polvo. Estuvo sola mucho tiempo, en el cual intentó escapar, pero no tardaron en encontrarla y golpearla. Luego de eso escuchó que hablaban en francés, por lo que no entendió ni mierda, hasta que la ataron, le vendaron los ojos y le dijeron que estaría así hasta que su padre se dignara a aparecer.

Fairytale ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora