C: 07

5.6K 372 128
                                    

Isabella Romanov

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Isabella Romanov.

Miré detenidamente la costa. Era increíble la vista que se tenía desde el yate. La playa de Cannes en su máximo esplendor mientras el sol a penas se veía. La noche se hacía presente.

Me encontraba en la terraza sola. Hacia ya más de dos horas que estaba en ese lugar, probablemente me sentía más tranquila y serena sola, sin gente a mi alrededor. Empezaba a creer que el problema no eran ellos, si no yo, yo era la que le causaba disgustos a todo el mundo.

Con la mirada perdida en la playa, solté un suspiro acariciando la piel entre mis clavículas. Aún podía sentir los dedos de Justin ejerciendo presión sobre mi piel, y no dudaba en que me haya dejado algunas marcas.
Podía recordar sus ojos oscuros mirarme con una furia indescriptible. Realmente sentí miedo en aquel momento, sabía que yo había rebalsado un límite al lanzar su teléfono al agua sin ningún derecho; pero él tampoco tenía derecho a insultarme ni menos a maltratarme. Jamás había visto a un hombre así, a excepción de mi padre, y por un momento sentí que incluso sería capaz de matarme con sus manos, sentí miedo, mucho miedo de Justin. Pero eso no me detendría, si tenía que defenderme nuevamente o desquitarme nuevamente, lo haría. Justin no era nadie y yo no tenía porque temerle. Aún así, no me podía resistir y negar que cada vez me atraía más. Ningún hombre me había mirado con esa ferocidad con la que él me miraba, y a pesar de su odiado temperamento, no podía evitar que su actitud me volviera loca en todos los sentidos.

—¿Por qué aún no entras? Están todos dentro del yate.

Me giré al darme cuenta de que no me encontraba sola. La sonrisa del menor de los Bieber me recibió con agrado. ¿Desde hace cuanto alguien no me sonreía con esa amabilidad?

Me fijé en que además de traer una linda sonrisa, traía una guitarra bajo su brazo derecho.

—Me siento cómoda aquí. Hay una linda vista —comenté.

Sus ojos se desviaron de los míos y fui testigo de cómo contemplaron la vista. Pude reconocer la adoración en ellos. Will realmente se veía distinto a los demás, me recordaba demasiado a Hugo Lébedev, un gran personaje en Rusia.

—Es la vista favorita de todo el mundo —asintió.

Cerré mi boca sin saber que más decir. Will me parecía un chico agradable, pero no lo conocía lo suficiente como para entablar una conversación con él.

Sin dejar de sonreír con simpatía, se sentó a mi lado y comenzó a deslizar sus dedos por las cuerdas de la guitarra con simpleza, como si estuviera totalmente acostumbrado a ello.
Me sorprendí a mi misma cuando me encontré disfrutando de aquella melodía, ¿y cómo no lo iba a hacer? Todo era perfecto en ese instante, el ambiente acogedor, el hermoso cielo en donde el sunset comenzaba a ser reemplazado por la fresca noche y aquella melodía tan refrescante.

Fairytale ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora