C: 27

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Justin se removió incómodo en la cama. Aún no despertaba, pero se encontraba durmiendo más tenso de lo normal. Dio dos vueltas en la cama y luego se quedó tranquilo durante unos treinta segundos hasta que una silueta delgada apareció en sus pensamientos, causándole algo de pánico. Volvió a removerse, sin despertar y dicha silueta pronto comenzó a tomar forma del cuerpo de una mujer, lo único visible era el cuerpo, pero no la cara, por lo que aún sentía miedo. Por alguna razón, aquellas piernas delgadas y largas se le hicieron conocidas y aquel abdomen plano, levemente marcado también. Cuando asimiló por completo de quien se trataba, finalmente pudo ver la cara de aquella mujer.

Se sentó en la cama de golpe, agitado, con la respiración entre cortada. Abrió los ojos, más de lo normal y soltó un gruñido que se escuchó por toda la casa. Se tomó de los cabellos, dejándose más despeinado de lo que estaba, y tiró de los mechones, castigándose a sí mismo por estar soñando con Isabella.

—No puede ser, maldición.

Se sobó los ojos, bostezando. Miró el reloj sobre su mesita de noche y soltó un quejido cuando notó que solo eran las cuatro de la madrugada. Había conseguido dormir solo tres horas.

Se tiró en la cama nuevamente y soltó un gran suspiro. Estaba enojado, digamos que no era la persona más paciente del universo. Una de sus características principales era tener poca paciencia.

Estaba enojado porque no entendía porque razón Isabella se le aparecía en un sueño. Digamos que no había una razón para aquello, al menos eso pensaba Justin. Le molestaba precisamente el hecho de que en los últimos días andaba aún más al pendiente de ella de lo que debería. No era algo notable, claro que no. Cualquier persona podría preocuparse de Isabella de esa forma, cualquier persona que perteneciera a su entorno social; pero Justin no estaba acostumbrado a interesarse por alguien más que no fueran sus padres o sus hermanos, por esa razón estaba enojado. Sabía que mientras más negara el interés que sentía por ella, más se le vendría a la cabeza.

—Maldita mocosa —susurró, dándose vueltas en la cama.

Estaba quedándose dormido nuevamente, cuando por su mente pasó la imagen de Isabella gimiendo mientras él le besaba el cuello.

—¡No! —se levantó de la cama y volvió a tirarse de los pelos.

Desde ese momento no pudo conciliar más el sueño. Teniendo una pésima noche.







—¿En serio te pondrás eso? —Madison abrió los ojos cuando vio el vestido que Isabella llevaba hacia el probador.

—Claro ¿por qué no? —sonrió.

—Eso no deja mucho para la imaginación y es el cumpleaños de Will con gente elegante, por lo que escuché —Madison elevó ambas cejas, inspeccionando nuevamente el vestido.

—¡Ayayai! —Rodó los ojos, poniendo un brazo sobre los hombros de su prima para arrastrarla hacia el probador— Querida, Madison. Comprende que en esta vida hay que vivir al límite y si no uso este vestido ahora ¿cuando lo usaré? Probablemente nunca. Además, ¿qué tiene de malo provocar? A los hombres hay que provocarlos, dominarles, no dejar que...

—Comprendo lo que dices, pero no me digas que hay que dominarles cuando tu prácticamente dejas que Justin te trate como un juguete, por lo que me haz contado.

Isabella se detuvo, y se quedó mirando en silencio los ojos de Madison.

—Quizás por esa razón me gusta, porque ha sido el primero al que le ha importado una mierda pasarme a llevar, pero aún así le gusto, mi cuerpo le gusta, yo lo sé.

Fairytale ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora