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Isabella soltó un suspiro mientras miraba por la ventana hacia el jardín

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Isabella soltó un suspiro mientras miraba por la ventana hacia el jardín. Su padre se encontraba abrazando a Candace mientras estaban sentados en la terraza.

Aquella imagen no causaba celos ni dolor en Isabella, solo curiosidad, duda. ¿Por qué su padre jamás la había tratado con amor? ¿Por qué siempre la humillaba?

Ese viernes era el cumpleaños de Candace. El cual, obviamente sería celebrado en grande y exactamente en el club de yates.
Ese día terminaba el castigo de Isabella, exactamente la habían castigado por aquella vez que se escapó del club de yates y Justin la llevó a rastras hasta la casa.
El día después de eso Isabella entró en cautiverio y desde ahí que no había salido de su casa.
No había visto a Justin después de aquel día, pero lo había recordado exactamente porque no podía olvidar lo que sintió por lo cerca que estuvieron ese día y por la forma en que él la llevó a casa, sin ser desagradable con ella por primera vez en la vida.

La silla vacía que estaba a un lado de Isabella, dejó de estarlo gracias a la presencia de su madre, quien la miraba con una sonrisa triste.

—¿Qué pasa, Isabella?

—Nada.

Ambos pares de ojos verdes, idénticos, se encontraron.

—Puedes engañar a todos, menos a tu madre —ella sonrió.

Isabella soltó un suspiro.

—Extraño Russia.

—Lo suponía, ¿extrañas a Hugo? —su madre sabía sobre la pequeña relación que existió entre Isabella y Hugo en Russia.

—No es solo a Hugo, extraño mis amigos. Aquí no tengo a nadie, solo a gente que me trata pésimo —se acordó de Justin–. Esto es horrible, mamá.

—Aquí la gente es más ruda, conoces el mundo en que vivimos. Además, tú eres bastante rebelde, Isabella. Sabes que por tus actitudes tu padre se vuelve loco —le regaló una mueca de reproche pero con simpatía.

Ojalá fuera sólo su padre quien la tratara mal, pensó Isabella.

—Prefiero no hablar de eso, mamá —finalmente desvió la mirada.

—Sabes que solo estoy diciendo la verdad, pequeña.

—Está bien.

De esa forma Isabella pretendía terminar la conversación. Sabía que con su madre no llegaría tan lejos. Irina se levantó y besó delicadamente la cabeza de su hija antes de marcharse.



Fairytale ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora