Capitulo 2

12.4K 993 84
                                    

Escucho los leves balbuceos de Joyce

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escucho los leves balbuceos de Joyce. Me remuevo solo para encontrarlo a mi lado con sus enormes ojos de color gris puestos en los míos.

- Buenos días mi amor – susurro pasando las yemas de mis dedos por su carita sonriente-. ¿Cómo has dormido?

Él se remueve de un lado a otro al escuchar mi voz. Lo tomo en mis brazos para después acunarlo en mi pecho.

- Es hora del desayuno – artículo mientras subo los tirantes de mi blusa para amamantarlo.

La rutina para mí es la misma de todos los días, pero creo que pronto aquello dejará de ser igual con mi reciente ingreso en la academia de ballet.

- Gisele – escucho la voz de mi madre por el pasillo-. Gisele, hija – se detiene en el marco de la puerta-. ¿No tenías que estar a tiempo en la academia hoy?

- Sí, me quedan al menos dos horas y media – mis ojos se dirigen a la mesa en la que reposa el reloj.

- ¿Necesitas ayuda con el bebé?

Niego con la cabeza.

- Le diré a la señora Juliette que se encargue de él.

- Está bien – atraviesa la habitación para despedirse de nosotros.

Primero le da un beso a Joyce en su cabeza y después hace lo mismo conmigo.

- Debo irme primero – suspira-. Nos vemos por la noche. Te quiero.

- Yo igual – le devuelvo una sonrisa.

Mi madre abandona la habitación para cumplir con su jornada laboral en la vieja sastrería, me quedo algunos minutos más con Joyce en la cama y cuando he terminado de alimentarlo camino en dirección a la cocina para preparar el desayuno y cambiarme de ropa. La academia es demasiado estricta en cuanto a horarios y no puedo dar una mala impresión en mi primer día.

Quince minutos se convierten en mi tiempo perfecto para estar lista, tomo tanto mi mochila como las cosas de Joyce para llevarlo a casa de Juliette pero una vez estoy en la entrada descubro que se ha marchado.

- Señora Julitte – golpeo la puerta un par de veces pero eso no funciona. Así que opto por la opción más sencilla que es marcar a su número de teléfono. Ella me contesta a los tres intentos-. Señora Juliette, he traído a Joyce porque hoy es mi primer día en la academia, ¿tardará mucho en llegar?

- Oh Gisele, debí decirte con tiempo, se me será imposible cuidar al bebé hoy.

- ¿Qué? – pestañeo sin creerlo.

- Mi hermana ha caído enferma y debo cuidar de ella.

Me llevo las manos a la cabeza despeinando mis cabellos en un intento de desesperación.

- Está bien comprendo – suspiro resignada.

Al fin de cuentas no tengo más opción de llevar a Joyce conmigo, Julitette es la única a la que acudo en momentos como estos, pero ahora es casi imposible que deje a su hermana enferma para regresar a casa.

Danzando con el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora