Gisele se ha esforzado en cumplir su sueño desde niña, el tener un puesto en una de las prestigiosas academias de ballet de Paris, su talento es único y admirado por muchos a pesar de la difícil vida que ha llevado.
Nathaniel Muller, candidato reco...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me aclaro la garganta a las espaldas de Nathaniel. Él deja a un lado el periódico que tenía en sus manos y me da toda su atención.
- ¿Deseas algo Gisele? – pregunta.
Quisiera que un enorme agujero se abriese en el suelo para que me llevara a otro lugar, muero completamente de la vergüenza por lo que estoy por decir.
- ¿Puedo sentarme contigo?
Él se mofa gracioso.
- Por supuesto – contesta.
Me termino sentando a su lado en aquel sillón, juego con mis dedos nerviosa.
- ¿Quieres decirme algo en especial? ¿Quizás algo en lo que pueda ayudar?
- La verdad... - titubeo.
Estaba a un paso de desistir de aquello, pero sucedió que mi vista dio con una Celine insistiendo en aquella propuesta.
- Necesito saber si puedes ser de ayuda en algo para la academia, además de que sería para una muy buena causa.
- Buena causa – frunció el ceño.
- Si, veras – resoplo-. Celine ha pensado en organizar evento benéfico en el que la gente venga y pague por vernos, los fondos se repartirán para el orfanato y la academia, pero necesitamos un...
- Necesitan alguien que promueva tal iniciativa, ¿o me equivoco?
- Así es – asiento.
- Y han pensado en mí – contesta.
- Sí, pero si no deseas hacerlo lo entenderé y...
- Lo haré Gisele – sonríe.
- ¿De verdad?
- Así es – asiente-. Lo haré porque por verte en el escenario danzando cualquier persona pagaría una buena suma de dinero, incluyéndome.
Me ruborizo tontamente con aquello.
- Le daré la noticia a Celine entonces, muchas gracias.
- Gisele, espera – Nathaniel me detiene de la muñeca-. No sé lo que sucede, pero cada vez que cruzas palabra conmigo te vuelves tensa y nerviosa, puedo notarlo. ¿Acaso te incomodo en algo?
Niego con la cabeza.
- No, por supuesto que no.
- Siento que si lo hay, y que no me lo deseas decir.
- Prometo que algún día lo mencionaré.
Me suelto del agarre de Nathaniel para ir rumbo a donde se encuentra Celine, pedirle favores a otros nunca había sido mi fuerte, menos cuando apenas los conocía.
- ¿Cómo te ha ido? – pregunta entusiasmada.
- Ha dicho que sí.
- ¡Oh, perfecto, maravilloso! – exclama con felicidad-. Me reuniré con las demás chicas para dar organización a todo.