GISELE
Me remuevo en las sabanas, mis ojos pesan, mi cuerpo tiembla, no he estado estable estos últimos días.
¿Cómo estarlo?
Mi hijo aún sigue desaparecido, sigue con criminales, sigue lejos de mí.
La desesperación se apodera una vez más de mí, la sensación me inquieta, me lleva a un estado en el que solo pienso en él, pienso en lo peor, en lo que puede estar sufriendo por mi ausencia.
-Gisele -Chantal me observa cuando me levanto de la cama sin decir nada.
-Joyce, Joyce -no dejo de decir su nombre mientras me asomo por la ventana de la habitación.
Mi vista se mantiene fija en los hombres de la entrada, todo está bajo una estricta seguridad, Nathaniel no me ha querido decir nada acerca de lo que sabe del escondite de esos tipos y yo estoy al borde de escaparme para encontrar a mi bebé por mi propia cuenta.
-¡No puedo quedarme aquí sin hacer nada, ya no puedo! -me tiro desesperada al suelo tomándome del pelo.
Tomo con fuerza la ropa de Joyce, aspiro su aroma, mis lágrimas descienden por mis mejillas.
-Gisele, cariño no te hagas esto.
-Mi bebé, mi pobre bebé, ¿me extrañas, tendrás hambre, frio, estas solo?, no temas mamá piensa en ti -no dejo de pensar en mi pequeño e inocente hijo.
No sé qué he hecho en mi vida para que todos me lastimen, no sé porque me suceden estas cosas, siempre he tratado de ser fuerte pero esta vez estoy lejos de estarlo.
-Vamos, regresa a la cama -me pide ella.
Niego con la cabeza.
-¿Donde esta Nat?
-Ha salido a solucionar algunos asuntos.
-¿Él sabe dónde está?, ¿Nathaniel sabe dónde está mi hijo?, ¡debió llevarme con él!
-Gisele, Nathaniel está igual o incluso más desesperado que tú, no ha tenido paz estos días, la prensa lo ha acosado con preguntas, las personas piden revocar su mandato, su esposa ha estado en cama sedada, ¿crees que es fácil para él?
-Chantal tu eres madre, me entiendes, ¿verdad?
Ella me abraza, y me consuela.
-Lo sé cariño, sé lo que sientes.
-¿Porque no viene mi hijo? -derramo mis lágrimas.
-Nathaniel lo encontrará, lo traerá de regreso, serán felices de nuevo -limpia mis lágrimas con las yemas de sus dedos.
-Nat no parece estar feliz ya conmigo -trago en seco-. Tengo la culpa de todo.
-¿De qué hablas? Él te ama, puedo verlo en sus ojos, ha hecho de esta casa un hogar, su hogar.
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Danzando con el Destino
RomanceGisele se ha esforzado en cumplir su sueño desde niña, el tener un puesto en una de las prestigiosas academias de ballet de Paris, su talento es único y admirado por muchos a pesar de la difícil vida que ha llevado. Nathaniel Muller, candidato reco...