Los flashes de las cámaras nos reciben.
Nathaniel ajusta ahora su mano a la mía apretándola con fuerza, mientras que con la otra me acerca a su cuerpo tomándome de la cintura.
—¿Confías en mí? —pregunta con su vista puesta en la mía.
—Creo que sí —le respondo.
Nathaniel sonríe con aquello.
—¿Crees? Entonces deberías disculparme por lo que haré —responde.
—¿Qué tendría que discul...?
Los labios de Nathaniel se unen a los míos en un beso profundo. Aquello no lo esperaba venir de hecho desconozco que demonios esta sucediendo. El beso no dura más de unos cuantos segundos pero los suficientes como para que capturen el momento en las cámaras.
—¿Qué has hecho? —susurro.
—Gisele Dumas y yo estamos comprometidos —Nathanaiel levanta mi mano en la suya—. Y no quiero que los medios se involucren más allá de mi vida personal, o tomaré acciones legales.
—¡Señor Muller, no hay un anillo! ¿Están en realidad comprometidos o es una farsa?—le grita uno de ellos.
Mierda.
—Tienes razón, no hay un anillo. Por el momento —sonríe y rebusca entre su bolsillo—. Aquí lo tengo —sostiene una sortija con una piedra preciosa en el centro.
—Nathaniel, esto no es bueno —mascullo entre dientes.
—Gisele extiende tu mano —me pide con aquel brillo en los ojos mientras me quedo en silencio.
Obedezco a lo que ha pedido, extiendo mi mano y el desliza aquella sortija por mi delgado dedo.
—Señores, mi futura esposa, y quizás primera dama Gisele Dumas de Muller.
Aprieto mis parpados con fuerza.
Nathaniel me conduce una vez más tomada de su brazo por aquellos escalones, para terminar subiendo juntos a uno de sus autos de lujo.
—Ya no habrá de que preocuparse —dice—. Esos hombres dejaran de hacerme preguntas.
—¿Dejaran de hacerte preguntas? —lo encaro—. ¿Qué hay de mí? Harán un infierno de mi vida en la academia.
—¿Crees que se atreverán? El dinero de los padres de esa chica de los camerinos no es ni la cuarta parte de mi fortuna. Quien sea que se meta con un Muller pagara las consecuencias.
—Dime algo, ¿el teatro que has montado delante de esas personas, tiene algo que ver con tu puesto a la presidencia?
—Gisele —se toma el puente de la nariz—. En la vida real hay que mostrarle al público un poco de tu vida personal, como has dicho, hasta tu creerías que la única razón por la que estamos juntos es el dinero. Debía darles motivos creíbles a esos periodistas.
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Danzando con el Destino
RomanceGisele se ha esforzado en cumplir su sueño desde niña, el tener un puesto en una de las prestigiosas academias de ballet de Paris, su talento es único y admirado por muchos a pesar de la difícil vida que ha llevado. Nathaniel Muller, candidato reco...