Observo con detalle lo que rodea aquel lugar, cada uno de los regalos que han dejado en la entrada de la academia. No puedo creer que este celebrando el segundo aniversario de su inauguración. Las chicas se han encargado de todo lo relacionado con el espectáculo de la noche y solo puedo estar orgullosa de lo que he logrado.
Sé que mi madre estaría muy orgullosa de verme cumplir mis sueños, pero también sé que donde se encuentre me manda todo su amor.
—Señora Muller ¿cree que debemos poner estos en la entrada o en el salón principal? —pregunta uno de los hombres encargado de logística.
—En el salón se verán bien —respondo.
El hombre avanza con los adornos florales al lugar que le he indicado. He pasado toda la semana ultimando los detalles de la presentación y no puedo negar que el trabajo es realmente agotador. extraño compartir tiempo con mi familia y extraño muchísimo a Nat.
Justo ahora está en un viaje en Macao y aunque prometió hacer lo posible por llegar a tiempo a la presentación es posible que su vuelo se retrase por el mal tiempo.
Suspiro.
Me devuelvo a mi escritorio, ojeando algunos de los currículos de las nuevas aspirantes a la academia, todas allí lucen talentosas y llenas de vida y sueños como lo fue alguna vez yo.
El resonar de unos tacones sobre la madera me hace fijar la vista en la puerta.
—Gisele —pronuncia ella.
—¡Lorette! —me levanto de la silla frénicamente y corro hasta ella—. Mírate, ¿cuándo has llegado?
Lorette se había marchado hace ya un año a Inglaterra, había tomado una oportunidad de trabajo allí y solíamos textearnos a menudo sobre su nueva vida, le estaba yendo muy bien como bailarina profesional y me causaba felicidad que pudiera cumplir lo que siempre quiso.
—Mi vuelo aterrizó hace una hora, ¿cómo ha estado todo? La academia luce preciosa.
—Sí, ha sido obra de las chicas —sonrío—. ¿Quieres tomarte algo?
—Quizás podrimos ir a un restaurante que está aquí cerca y tomar algo, no creo que tus alumnas se molesten si tomo a la fuerza a su profesora de ballet preferida.
—¿Bromeas? Ellas te admiran un montón, estas de suerte que no te ha visto.
Ambas terminamos riéndonos de la situación, tomo mis cosas en las manos y avanzo hasta la salida con Lorette. Uno de los autos nos deja a unas cuadras no muy lejos de la academia y nos sentamos en una de restaurante que recién ha abierto, pedimos un vino tinto con dos copas para acompañar nuera conversación
—¿Y bien? ¿Cuál ha sido la razón por la que has regresado a Paris? —le pregunto.
Ella me mira y se sonríe.
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Danzando con el Destino
RomanceGisele se ha esforzado en cumplir su sueño desde niña, el tener un puesto en una de las prestigiosas academias de ballet de Paris, su talento es único y admirado por muchos a pesar de la difícil vida que ha llevado. Nathaniel Muller, candidato reco...