Miro a Nathaniel como si lo que hubiese dicho fuera lo más loco del mundo, y quizás sí lo era
¿Casarnos? ¡Había enloquecido por completo!
—De ninguna manera —alego a lo que ha dicho—. Ya he firmado el contrato tengo suficiente con eso.
—Lo veo muy necesario —frunce el ceño seriamente—. Nadie se creerá ese cuento de que tú y yo nos hemos enamorado de la noche a la mañana y hemos decidido venir a vivirnos juntos.
—Pues esto del matrimonio no estaba en el contrato —refuto fuertemente.
Nathaniel me cubre la boca con sus manos.
—¿Quieres bajar un poco la voz? O ¿Acaso quieres que mi madre escuche tal cosa?
Alejo sus manos de mi boca.
—No me casaré contigo Nathaniel, eso tenlo por seguro.
La expresión en su rostro cambia a una seria.
—No me retes Gisele, si digo que esto es lo mejor, es porque es lo mejor.
—Yo...
—Nathaniel hijo —la señora Chantal termina interrumpiendo nuestra conversación—. He encontrado a la mejor decoradora de bodas, tienes que ver los trabajos que hace de verdad es maravillosa.
—Mamá podemos tratar ese tema después — responde él.
—Debí suponerlo —bufa ella con un ademan—. ¿Y tú Gisele?
—¿Yo? —enarco una ceja—.
— ¿Quieres que veamos juntas el catálogo de decoración para la recepción?
—Bueno...
—Anda, tu eres la novia y estoy segura que ha Nathaniel no le van estos temas, él solo se centra en su agenda presidencial.
Nathaniel rueda los ojos. El sonido de su móvil lo hace retirarse para tomar la llamada.
—Ni siquiera sé porque le pregunto estas cosas a él, simplemente le da igual —replica la señora Chantal—. Desde que busca la presidencia no hay día en que descanse sin toparse trabajo.
—Creo que se ha acostumbrado a la rutina.
—¿Lo crees? —enarca una ceja ella.
Nathaniel regresa al poco tiempo con nosotras, le da un beso en la mejilla a su madre y después fija su vista en la mía.
—Debo salir, ha surgido algo importante y requieren de mi presencia.
—Está bien me ocupare del resto con Gisele —responde su madre.
Trago en seco. ¿Iba a dejarme sola con ella? ¿Cómo se supone que debía actuar delante de ella si todo se trataba de una farsa?
—Nathaniel creí que te quedarías —lo fulmino con la mirada.
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Danzando con el Destino
RomanceGisele se ha esforzado en cumplir su sueño desde niña, el tener un puesto en una de las prestigiosas academias de ballet de Paris, su talento es único y admirado por muchos a pesar de la difícil vida que ha llevado. Nathaniel Muller, candidato reco...