Capitulo 6

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Abandono la oficina de Nathaniel con una idea lo suficiente firme plantada en mi cabeza

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Abandono la oficina de Nathaniel con una idea lo suficiente firme plantada en mi cabeza. No dejaría que sus intereses por ganar la presidencia se interpusieran en mi vida, no dejaría que sacara beneficio de aquella bochornosa situación para vendernos en una mentira en el diario local.

Que ingenua había sido en creer una vez más que las personas que se acercan a ti amablemente buscan ser tus amigos.

Nathaniel estaba lejos de convertirse en mi amigo o alguien cercano en mi vida. Ya ni siquiera visualizaba en un futuro aquella posibilidad.

- ¡Hey, mira por dónde vas mujer! – escuche el sonido del claxon paralizarme en aquella carretera.

Por unos segundos pude ser arrollada por aquel vehículo, me deje llevar por mi rabia y decepción que no fui consciente de lo que sucedía a mi alrededor.

- Lo siento – me disculpo con el conductor subiendo a la acera. Él claramente lanza una serie de insultos en mi contra reprochándome mi descuido.

No tenía nada que responderle, estaba aún pasmada en aquella acera recuperándome del susto y también de la propuesta descabellada de Nathaniel. Y si había una sola cosa segura de aquello, era el que debía ir cuanto antes a la academia y decirle a Celine que el evento benéfico con Nathaniel no se llevaría a cabo y que yo misma me encargaría de buscar a otro patrocinador de este.

Suspiro.

Camino unas cuantas cuadras hasta subir al bus que me llevaría a la academia, paso todo su recorrido tratando de buscar una buena excusa para decirle a Celine sobre la cancelación, no podía decirle las verdaderas razones, porque aquello seria exponerme ante las chicas que asistían a la academia y buscaban siempre algo que lo que fallara para escapar a relucir mis errores, si se enteraban que Nathaniel había hecho una propuesta de aquella magnitud venderían el rumor a la mejor revista de chismes de la ciudad.

Así que cobardemente y sin ninguna otra opción decido callarme.

Bajo del autobús una vez este me deja en la esquina de la academia, avanzo por el camino que me lleva a sus puertas y encuentro a una Lorette parada a las afueras del edificio.

- Mira a quien trajo el día – su vista me escanea de arriba a abajo-. La chica talentosa de Celine parece que tiene una vida bastante agitada con el señor Muller, parece que has puesto tus ojos en la presa correcta cariño.

Escuchar aquello de Lorette provoco que la poca paciencia que había contenido mi cuerpo para aguatarle sus constantes insultos, y palabrearía hacia mí, explotara.

- ¿Cuál es tu problema, eh? – la encaro-. ¿Acaso quieres atención?

- Yo no requiero atención como tu querida.

- Nunca he buscado atención de la gente, he venido aquí porque quiero cumplir lo que me propuse hace años, si no eres feliz viendo a otros cumplir sus sueños, ese no es mi asunto.

Danzando con el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora