🀦Capítulo 5🀦

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Al día siguiente, a media mañana, Yoongi fue en busca de Jimin. Sabía que tenía que hacerlo con tacto. Lo conocía lo suficiente para estar seguro de que si él veía que intentaba echarle una mano, sacarlo de apuros, darle un respiro, se lo quitaría de encima.

Jimin era el típico chico del «Estoy perfectamente. No te preocupes por mí».

Aquello, por otra parte, no tenía nada de malo, pensaba Yoongi. En su lugar, la mayoría se habría aprovechado de la generosidad de su padre o cuando menos habría dado por sentada aquella generosidad. Jimin no era así, y él lo respetaba. Admiraba su postura, hasta cierto punto. Pero muchas veces, aquella intransigencia se convertía en testarudez de mula.

Por ello, adoptó el aire despreocupado, a pesar de haber tenido que entrar en dos invernaderos y dirigirse luego al edificio principal hasta encontrarlo, donde estaba organizando una nueva exposición de plantas de interior.

Jimin llevaba uno de los delantales del vivero encima de un pantalón corto de sport y de una camiseta con escote en pico dejando ver su piel pálida y clavículas marcadas. Tenía el delantal y el brazo musculoso manchados de barro. Solo el deseo reprimido podía llevarlo a ver aquello como algo sexy.

-Hola, ¿qué tal?

-Pues... no puedo quejarme. Hoy ha sido el día de los centros de mesa. Ha venido una clienta y ha reservado cinco para una comida de su hermandad de la facultad. Y la he convencido para que se llevara un sagú para su jardín de invierno.

-No está mal. Así que estarás muy atareado, ¿verdad?

Él lo miró por encima del hombro.

-No tanto. Tae quiere preparar unos cuantos más, pero está ocupado con Kook, aunque no en lo que se podría suponer. Ha surgido un trabajo inesperado y lo ha encerrado en el despacho hasta que le resuelva todos los puntos del contrato.

-O sea que va para largo. Yo me iba a hacer unos injertos leñosos. Buscaba ayuda, pero...

-¿En serio? ¿Puedo ayudarte yo? Me llevo un walkie-talkie por si Ruby o Taehyung me necesitan.

-No me vendría mal una mano.

-Tendrás la mía enseguida. Un momento.

Pasó como una exhalación la doble puerta de cristal, volvió en treinta segundos, se quitó el delantal y se metió el walkie-talkie en la cintura. Y con ello le ofreció un visto y no visto de su lisa piel del estómago.

-He leído algo sobre esto que dices, pero no me acuerdo de cuál es exactamente el injerto leñoso.

-Es un método antiguo que se utiliza más ahora que antes -le explicó Yoongi mientras se iban-. Vamos a trabajar con plantas del campo y también con ornamentales. Se hace a mediados de verano.

El calor apretaba de lo lindo.

-El momento no puede ser más acertado.

-Empezaremos por las magnolias. -Yoongi tomó un cubo de agua que había dejado junto a la puerta-. Unas flores que nunca han perdido la popularidad.

Tomaron las sendas de gravilla entre los invernaderos y se fueron hacia los campos.

-¿Todo siguió tranquilo anoche?

-Ni pío después del pequeño espectáculo que se nos ofreció. Esperemos que no planifique otro bis.

-Lo que es seguro es que sabe cómo captar tu atención. Bien, vamos a empezar aquí. -Se detuvo frente a una magnolia alta y frondosa-. Voy a quitarle algunos brotes desarrollados, de esta temporada. Necesitamos uno del tamaño más o menos de un lápiz, con yemas ya salidas. ¿Ves éste?

Lirio Rojo³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora