🀦Capítulo 23🀦

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Lo primero que hizo Yoongi fue ir a ver a su padre. Se arrodilló junto a él en el jardín. Con aire distraído, empezó a ayudarlo a arrancar malas hierbas.

-Me han dicho que hoy te has tomado unas horas libres -dijo Jin.

-Tenía algo pendiente. ¿Por qué no te has puesto sombrero?

-No me he acordado. Pensaba estar aquí un momento, pero me he ido animando.

Yoongi se quitó la gorra que llevaba y se la puso.

-¿Te acuerdas las veces que al salir de la escuela me encontrabas aquí trabajando, te sentabas a mi lado, me ayudabas a desherbar o a plantar y me contabas tus problemas y tus éxitos del día?

-Recuerdo que siempre estabas dispuesto a escuchar. A mí, a Seonho y a Joohyuk. A veces a los tres juntos. ¿Cómo podías?

-Un padre tiene oído para las voces de sus hijos. Igual que un director de orquesta para cada uno de los instrumentos, incluso en medio de una sinfonía. ¿Cuál es tu problema, pequeñín?

-Tenías razón sobre Jimin.

-He convertido lo de tener razón en mi estrategia. ¿Sobre qué tenía razón exactamente?

-Que no se trasladaría a casa de Jungkook por el hecho de que se lo pidiera yo.

Bajo la visera, las cejas de Seokjin se arquearon.

-¿Se lo has pedido?

-Pedido, mandado. -Se encogió de hombros-. ¡Qué importa cuando lo que tienes en la cabeza es el bienestar de una persona!

Seokjin soltó una carcajada ronca, y le dio unas palmadas en las mejillas con las manos manchadas de tierra.

-¡Vaya hombre!

-Hace un minuto era tu pequeñín.

-Mi pequeñín se ha convertido en un hombre. No veo dónde está el fallo. Una diversión a veces, como en este momento, un desconcierto de vez en cuando y en contadas ocasiones, un maldito enfado. ¿Peleas? Pues no me ha parecido que estuvieran de punta esta mañana cuando han bajado juntos a desayunar.

-No, no pasa nada. Y si no te apetece que duerma con él en la casa, no te preocupes.

-¿Vas a respetar la santidad de nuestra casa y dormir con él en otra parte?

-Sí.

-Yo he dormido aquí con hombres con los que no estaba casado. Esto no es una catedral, es una casa. Tan tuya como mía, además. Si tienes relaciones sexuales con Jimin, no veo por qué no pueden estar cómodos. Y seguros -añadió con una significativa mirada.

Después de tantos años, aún conseguía que se le hundieran un poco los hombros.

-Hoy en día me compro mis propios condones.

-Me alegra saberlo.

-Pero no era a eso a lo que iba. He seguido la pista de la pulsera y he llegado a Hoseok.

Los ojos de Seokjin se abrieron al máximo mientras se apoyaba en los talones.

-¡No me digas! ¡Qué rápido!

-Rapidez, coincidencia, golpe de suerte. No estoy muy seguro de dónde encaja. Procede del legado de una tal Ethel Hopkins, que lleva unos años muerta, por lo visto. Su hija decidió vender algunas piezas que no le gustaban o no tenía interés en guardar. Se llama Mae Fitzpatrick. Ha dicho que te conocía.

-Mae Fitzpatrick -Seokjin cerró los ojos intentando hojear entre sus inmensos archivos mentales sobre conocidos-. Lo siento, pero no me suena.

-Estuvo casada antes. Un momento... ¿Ivés?

Lirio Rojo³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora