EL OTRO LADO DE LA MONEDA

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Naruto al ver que por fin llegó al salón de Kurenai, inhaló hondo una y otra vez. Aunque sus costillas le dolían horrores, su mejilla punzaba y su oído le zumbaba.

Se estaba arrepintiendo de no haber ido a la enfermería después de salir de la oficina del director, pero ya estaba ahí y no pensaba regresar, no creía tener fuerzas en las piernas para hacerlo de todos modos.

Así que abrió la puerta del salón eh hizo una reverencia, captando la atención de todos los alumnos y la maestra quien dejó de escribir en el pizarrón para verlo.

— Lamento llegar tarde maestra, ¿Podría pasar? — pregunto aún con la mirada hacia el suelo por seguir con la reverencia.

— Hola Naruto, el director me avisó que llegarías tarde. Por favor pasa — dijo la maestra en un intento de no observar lo mal que estaba el aspecto de su alumno, dónde heridas abiertas, pómulos hinchados y sangre seca estaban presentes. Él rubio se enderezó de nuevo y asintió antes de cerrar la puerta y caminar a su asiento.

Pero con cada paso que daba las miradas de las féminas eran las más intensas, los hombres lo ignoraban pero las mujeres no. Algo que le resultaba muy incómodo pero que prefería pasar por alto.

Kiba al estar en el mismo salón que él, solo sonrió y alzó el puño para que lo chocarán. Acción que agradeció y respondió antes de sentarse en su lugar.

— Estamos en la página 78 — Las palabras de la maestra fueron un salvavidas para él rubio al ver que nadie de los que se sentaban cerca le iban a responder si preguntaba dónde iban.

Así que alzó la tapa de su pupitre y metió la mano para sacar su libro de texto, pero un ¡Mmmghh! Soltó de pronto al sentir como sus dedos ardieron. Los saco pero al hacerlo estos goteaban sangre sin parar.

—¡Naruto! — Kiba aunque se sentaba en la fila de a lado de su amigo y tres asiento enfrentes lo logro escuchar, cuando giro la cabeza y vio como sangre fresca caía en el pupitre no dudo en levantarse de su lugar eh ir a socorrerlo.

La maestra ante el grito de su alumno, dejó su explicación una vez más y camino para verlo.

—¡Que te pasó! — pidió saber al notar que el rubio hacia presión con su mano vendada a la que hace nada estaba buena y sana pero que ahora se llenaba de sangre.

Kiba al no entender que pasó, abrió la tapa del pupitre y lo que vio en el interior lo asustó mucho. Con cuidado de no cortarse saco un rollo de navajas delgadas, aquellas que ocupaban para rasurar. Estás estaban enrolladas y paradas lo que significaba que cuando Naruto metio la mano al ir parados los dedos estos fueron cortados como mantequilla por esas cosas letales.

—¡Malditos hijos de puta, quien fue! — grito al mostrar lo que había encontrado, incluso la maestra estaba sorprendida de ver esas cosas tan peligrosas en el pupitre de Naruto. —¡Tengan las pelotas y diganlo! — grito al ver a todos, pero estos solo lo miraban con aburrimiento, crispandole los nervios.

— Kiba por favor cálmate, y lleva a Naruto a la enfermería, yo los alcanzo en un rato —. El castaño al ver que Naruto no decía nada en un intento de no soltar más quejidos de dolor, prefirió dejar eso y ayudar a su amigo a pararse.

— Vamos, apoyate en mi — Naruto agradeció levemente mientras seguía apretando su muñeca en un intento de no tirar más sangre.

Cuando Kurenia vio que Naruto ya no estaba en el salón, azoto fuerte la palma de la mano contra el pupitre y miro a sus alumnos severamente.

—Deben saber que esto fue peligroso, Naruto se pudo cortar una vena de la muñeca. Asi que les diré de una vez más, ¡¿Quien fué?! — grito enojada al ver que todos sus alumnos estaban serenos ante lo acontecido, incluso desinteresados al ver que un compañero se lastimo de tal manera.

— Porque supone que fue alguno de nosotros, si con lo que hizo Naruto en la mañana en la entrada de la escuela, logro que muchas chicas se enojaran por lo que le hizo a Neji Hyuuga —.

Kurenia no podía creer lo que había escuchado de los que se suponen eran los amigos y compañeros de Naruto. Y menos cuando esté siempre fue cordial, amable y dulce con cualquier persona que necesitara de su ayuda.

— Entonces no se preocuparan si pido que hagan una investigación con respecto a esto — dijo realmente enojada al mirar a todos los alumnos quienes se miraron entre sí antes de encoger los hombros.

— Espero encuentren a los responsables — dijo un alumno cualquiera dejando a Kurenia realmente impactada ante tanto cinismo.
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Naruto realmente sentia que ese no fue su día, y menos cuando apenas llevaba un par de horas en la escuela.

Kiba estaba igual de sorprendido, ya que el tiempo que llevaban en la escuela nadie pero nadie jamás se metió con Naruto de esa forma.

Hasta un balde de pintura verde los mojo a los dos de la nada. Naruto tosió al sentirse ahogar por esa cosa, mientras que Kiba gritaba que le ardían los ojos.

Ninguno de los dos pudo ver algo porque cuando se quitaron un poco de pintura de la cara, no había nadie en el pasillo.

—¡Pero quién mierda fue! — grito el castaño al correr al pasillo de enfrente y buscar a alguien pero no había nadie. —¡Malditos hijos de perra! —. Gritaba una y otra vez importandole poco si algún maestro lo escuchaba.

Naruto al ver que su amigo estaba despotricando a diestra y siniestra, le tocó el hombro para que se calmara.

— Ero-sennin ya me castigo por lo de la mañana, no llames más la atención oh terminaremos con el consejo disciplinario sobre nosotros —. La mención de dicho grupo hizo que Kiba se calmara mientras retomaban su camino a la enfermería.

— Que les pasa a todos hoy, ¿Se volvieron loc... — el castaño ya no dijo nada más al caer en cuenta de algo, por eso luego miro a su amigo — ¿Es por lo que le hiciste a Neji? No espera, él no es tan popular es por — pero Naruto le cerró la boca con su mano llena de sangre y ahora pintura verde.

— No lo digas tan alto, idiota. Si alguien te escucha no dudarán en correr chismes — Kiba miraba a su amigo sin entender porque la sonrisa de este.

— Entiendo, si Sasuke se entera que sus fans te están jodiendo se pondrá triste — susurro al recordar cuántas ardidas hubo cuando supieron que Naruto era novio del principe de la escuela. Así que no era raro que estás actuarán cuando vieron lo que hizo Naruto en la entrada, no por defender a Sasuke sino por ver cómo lo besaba. Con ese acto había activado un caos de celos psicópatas.

— Así es, por eso no digas nada. Quienes me vean así pensaran que las enamoradas de Neji se están vengando —. Pidió el rubio sin dejar de caminar siendo seguido por su amigo quien miraba como el piso del pasillo se estaba manchando de pintura por sus pisadas.

— Tienes razón, Sasuke ya sufrió lo suficiente en la entrada de la escuela como para que se mortifique con esto. Así que Naruto, esfuérzate y demuéstrale a tu novio que no eres ningún debilucho y que cumplirás tu palabra de protegerlo —. Naruto asintió con una gran sonrisa al ver que bueno era tener a alguien como Kiba de amigo.
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NOVIO POR EQUIVOCACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora