JUGUEMOS SIN TRAMPAS

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—¡Sasuke! — la mención de su nombre acompañado de un castaño correr hasta él, hizo que el azabache detuviera su andar, hasta que Kiba le dió alcance y ambos se dirigían juntos al portón de la escuela. — Y dime, ¿Que tal se portaron esos idiotas hoy? —.

—La verdad es que nadie me miró siquiera, ni las locas de mis fans se acercaron a hablarme —. Recordó al sentir por primera vez en su vida paz y tranquilidad de poder escuchar las clases, entregar sus tareas sin ser atosigado por quienes querían su ayuda en x trabajo, así como comer su almuerzo sin tener a varias feminas pelear entre ellas para ver quién le daba de comer.

—Eso es bueno ¿No? Mejor que te tengan miedo y no que te acosen — al ver que el azabache asintió, sonrió con alivió —bueno, siendo tus suegros quienes son, dudo que sean tan imbéciles como para no entender que pueden perder más que su libertad si te siguen molestando —.

La verdad es que Sasuke pensaba lo mismo, hasta que abrió lo más que pudo sus ojos al ver el increíble auto que estaba estacionado frente al portón de la escuela.

— Buenas tardes joven Uchiha, el amo Naruto me mandó por usted — el hombre al terminar de saludar, abrió la puerta y señalo el interior —adelante por favor, usted también joven Kiba —.

Ambos jóvenes se miraron entre sí antes de subirse al auto y ver qué el empleado cerró la puerta trasera del auto y se subió él en la del conductor, listo para ponerse en marcha.

Kiba vio como algunos alumnos que salian ya de la escuela los miraban con asombro y envidia.

—Por cierto Kiba, ¿Acaso no estás también tú en el equipo de americano? —. Al ver que el castaño alzó ceja al no entender que con eso, continúo — lo digo porque ustedes practican todos los días después de clases, ¿No? —

—Si, pero con todo lo que le pasó a Naruto, el entrenador me dejó la tarde libre para ir a verlo y entregarle de paso las tareas de las clases — soltó con calma mientras se recargaba del asiento de aquel magnífico BMW. Un placer que solo él conocía y Sasuke claro.

—Oiga espere, la casa de Naruto no queda por aquí — aviso Kiba al ver que iban por el lado contrario al hogar del rubio.

—La mansión Namikaze está en este momento en reparación, órdenes de Minato-sama, por lo que el amo Naruto está quedándose por ahora en un departamento en medio de la ciudad, bastarán solo 20 minutos para llegar hasta allá —.

La verdad Sasuke estaba un poco nervioso porque aunque Naruto le dijo que le mandaría al chófer, aún así no se fiaba si este era o no. Pero al ver que Kiba estaba también un poco escéptico, lo calmó un poco ya que no estaba solo en eso.

Lo bueno que el chófer había dicho la verdad cuando detuvo aquel hermoso auto frente a un enorme edificio, se bajó y le abrió la puerta a Sasuke, quien se bajó siendo seguido por Kiba.

—En el último piso de este edificio se encuentra el penthouse, ahí está el amo Naruto. Estaré aquí para cuando deseen regresar a su hogar — una reverencia dada y sin más el chófer se subió al auto y se marchó.

—Lo bueno es que no nos secuestraron — bromeó Kiba con bastantes nervios encima.

— Mi madre siempre me dijo que jamás me subiera al auto de un desconocido y mira lo primero que hago, si estuviera aquí ya me habría dado un zape — expreso Sasuke al ver que sus manos no dejaban de sudar por el miedo que sintió.

—La mía me abría molido a golpes jajajaja — dijo el castaño al saber lo que su linda madre sería capaz de hacerle si se enteraba de eso.

—Hola chicos, ¿Apenas llegaron? — cuando los dos jóvenes vieron a Minato, no dudaron en asentir —vamos entren, estoy seguro que Naruto deseara verlos —.

Tanto Sasuke como Kiba seguían a Minato, quien llevaba un montón de bolsas de compras, y se dirigía al elevador del edificio.

—Por favor señor, déjenos ayudarle — dijeron los dos al mismo tiempo, dónde el rubio no se hizo del rogar, le dió una bolsa cada uno de los presentes mientras el cargaba otras dos bolsas.

—Gracias chicos, la verdad ya estoy muy viejo para esto — soltó con pena, sacándole una sonrisa nerviosa a Sasuke y a Kiba.

Las puertas del ascensor se abrieron y entraron sin más, Minato pincho el botón del último piso y las puertas metálicas se cerraron y con eso empezó a subir.

— Y dime, como estuvo tu día Sasuke, ¿Todo bien? —.

—Si, y de echo quería darle las gracias por todo lo que hizo por mi, aún cuando no tenía que hacerlo — expreso Sasuke realmente agradecido.

—Eres mi yerno, eso es mínimo que puedo hacer —. Esas palabras lograron hacer sentir mal a Sasuke más que nada porque todo eso del noviazgo era falso y ya no quería mentirle más a ese hombre que se portó tan bien con él. Por lo que solo desvío la mirada intentando ya no sentirse tan bastardo.

Cuando el elevador se detuvo y las puertas se abrieron, Kiba soltó un gran silbido al ver que solo había una sola puerta en todo el piso.

—¿Acaso todo este lugar es el penthouse? — al ver que Minato asintió, se emociono —¿No quiere adoptarme tío Minato? — pidió con deseo, logrando que el rubio se riera.

—¿Recuerdas cuando tenías 10 años y me dijiste lo mismo? —.

—Si, mi madre después de tres días fue a su casa y me saco de la oreja para que dejara de dar guerra en casa ajena — dijo todo triste y decaído.

—Recuerdo que esa tarde Kushina había llegado con papeles para adoptar te — Kiba se rio con fuerza, mientras que Minato  lo hizo más educadamente, Sasuke era el único que no lograba entender muy bien las cosas que decían.

—Por cierto, ¿Cuando regresa tía Kushina? —. Esa pregunta alerto a Sasuke.

—Creo que me dijo que regresaba este fin de mes — intento recordar Minato mientras ingresaba los códigos de seguridad para abrir la puerta del penthouse.

—Entonces también regresa ella — susurro Kiba al ver a Sasuke, quien había entrado después de Minato a aquel magnífico y hermoso lugar todo lleno de lujos y espacio grande.

—¿A quien te refieres Kiba? — el castaño se sorprendió de ver qué Sasuke lo logro escuchar pero al parecer Minato no, porque había ido directo a lo que era la cocina a dejar las dos bolsas que cargaba.

—Tu sabes que Naruto y yo somos amigos desde que éramos unos mocosos — al ver que Sasuke asintió, continuo —Bueno, no solo éramos nosotros dos, también teníamos una amiga con la que crecimos, pero ella está trabajando ahora como modelo con mi tía Kushina — pero al ver que Sasuke seguía sin comprender porque de la sorpresa prefirió continuar — y bueno creo que lo más importante de todo esto es que ella está loca — Ok, esa palabra si asustó a Sasuke ya que él sabía hasta que punto podían llegar esa clase de personas — pero no loca en el mal sentido, sino que es muy sobreprotectora con Naruto, aunque yo sé que hace eso porque está locamente enamorada de este —.

—¿Y como se llama? — pregunto el Uchiha lleno de curiosidad.

—Sakura Haruno, mucho gusto —.

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NOVIO POR EQUIVOCACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora