NOVIO POR EQUIVOCACIÓN

DULCES DETALLES

-Joder que eso sí fue una horrible pesadilla - susurro al mirar hacia su techo - si existen las reencarnaciones, esa vida es una mierda si no me enamore de ti o deje que alguien más te conquistará, pero en esta no cometeré ese error - dijo muy decidido al ver que no dejaría que su felicidad se le fuera de las manos como en esa otra vida, él no sería tan imbécil como para permitirlo.

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La alarma sonó exactamente a las 7:10 AM, la hora marcada para tomar el medicamento y aunque Naruto no era fan de las pastillas o alguna otra clase de medicina, aún así se despertó y apagó la alarma para tomar sus pastillas y evitar de paso que Sasuke despertara.

Lo bueno es que el azabache estaba profundamente dormido, ya que en esa cama con Naruto como su novio por fin pudo bajar la guardia, algo que desde hace tanto tiempo no a echo.

Y eso el rubio lo sabía, por lo que prefirió no interferir en el descanso de su teme, se quitó las sábanas con cuidado y se levantó de la cama con rapidez para evitar despertar a Sasuke y al parecer lo hizo tan bien que este siguió dormido aún cuando la cama se movió ligeramente.

Una vez parado, agarro la jarra de agua que estaba en su buró y se sirvió un vaso y agarró dos pastillas, las cuales se metió a la boca y tomo dos sorbos de agua para pasarselas.

La verdad odiaba la medicina, aún más cuando tenía torneos cerca, pero si quería mejorar no debía saltarse ninguna indicación del médico o realmente no podría participar en el torneo deportivo.

Lo bueno es que no necesitaba del yeso del brazo ni de la pierna como su padre había echo creer a la escuela, lo que si debía tener si o si eran los vendajes o férulas en sus codos y rodillas, o de plano empezarían a doler mucho esos lugares.

- Cuando me recupere tendré que correr lo doble de siempre - susurro al ver que por la ventana los rayos del sol se estaban filtrando y a esa hora él siempre regresaba de ir a correr. -¡Cierto, no te lo di! - recordó al ver a Sasuke aún dormido en la cama.

Camino hasta su armario y con cuidado deslizó un cajón y sonrió al notar aquella cajita roja con lazo negro en el interior. La sujetó con cuidado y cerró de nuevo el cajón, caminando de regreso hasta Sasuke.

Alzo la sábana con cuidado y agarró la mano izquierda de Sasuke y una vez cerca de él, abrió la cajita y de ahí extrajo una pulsera de plata blanca.

Con mucho cuidado la coloco en la muñeca de Sasuke y la abrochó bien para que esta no se le cayera en la cama o algún otro lugar.

-Listo - susurró con una gran sonrisa al ver que linda se veía esa pulsera en su teme. -Ahora entiendo porque traías tan locas a las chicas de la escuela, si aún dormido eres bellísimo - acepto al ver lo perfecto que se veía Sasuke entre sus sábanas.

Pero sabía que ver a su novio así de vulnerable no le hacía bien a su corazón, por lo que decidió irse a bañar, al fin y al cabo Sasuke estaba en su casa y no podía ni debía darle la impresión de ser un cerdo u oler mal, no señores, eso sí que no.

Aunque eso no le quitaba lo de mostrar un poco de su sensual cuerpo trabajado, pensó para si mismo Naruto cuando estaba frente a su espejo del baño y notaba su tonificado cuerpo gracias al extenso ejercicio que hacía.

-Lo siento teme pero, yo también tengo lo mío - susurro feliz al notar que aún entre moretones, raspadas o cortadas, tenía un cuerpo de infarto, por lo que con más confianza se dió un buen baño.

Dónde lavo lugares que jamás pensó hacer, así como rociarse un poco de perfume cuando terminó de bañarse y pasarse un peine por sus rubios y rebeldes cabellos, se cepillo los dientes y ocupo enjuague bucal de menta.