Nacido para donar (YOONMIN)

Capítulo 77

Jimin si termino abordando aquel vuelo, al principio tuvo la esperanza de tener algún problema, pero cada vez notaba más que el mundo era de quien podía comprarlo, de quien tenía contactos y la capacidad de comprar decisiones sin importar si estas eran malas o buenas; Le daba asco, pero si bien, cambiar el mundo es difícil, esperaba por lo menos que cambiar el suyo no.

Estaba nervioso, todo el vuelo estuvo asustado, era la primera vez que viajaba solo, pues la primera vez que lo hizo estaba junto a Yoongi y al pequeño niño que le había sido arrebatado de tal manera y esa situación le sumía en una profunda tristeza.

Él amaba tanto a Dakho, que no podía entender porque algunas personas no sentían eso por sus hijos, era triste sí, pero el buen Jimin debía comprender que el mundo no siempre tiene los mismos sentimientos y que no porque ofrezcas amor te van a devolver el mismo.

El mundo solía ser así y es que bueno, no siempre se trata de personas buenas o malas, y es que antes de poder tomar esa definición, de poder ser catalogados como malos, son solo personas egoístas que no piensan en el alrededor sino en su bien común hasta que el lastimar alguien más por sobrevivir y vivir cómodamente les sobrepasa a limites en que pueden llevarse a quien sea por delante sin sentir ningún temor.

Jimin estaba seguro de que ese era el caso de Jamie y de sus padres, porque bueno, esos sujetos nunca hirieron a nadie más hasta que él salió. Su padre era un hombre muy unido a la caridad, ante los ojos de muchas personas era alguien bueno y su madre, bueno, ella era una mujer hermosa y de gran bondad, entonces ¿Qué los hizo esos seres llenos de maldad?

Fácil, el odio, envidia, celos, si, fueron los sentimientos unidos algo muy bello como el amor lo que originaron todo esto y es que, aunque muchas personas lo nieguen, el amor es necesario y no siempre se obtiene de la familia o de alguien cercano, a veces solo lo obtienes de ti mismo, pero cuando no hay de este sentimiento los corazones suelen ser duros y frívolos, como el de esa mujer.

Jimin estaba seguro ahora de que Jamie no le amaba, no solo porque eran hermanos y el amor debe ser diferente entre estos, sino porque ella no conocía de ese sentimiento, pero le gustaba la sensación grata al obtenerlo. Un amor egoísta quizás si tenía, ese tipo de amor que solo recibe, pero no es capaz de ofrecer y en lo personal Jimin creía que ese amor, no debía de llamarse así.

La reciprocidad era bella y eso era lo que a Jamie más enojo, saber que él si tenía de este, pues amaba a Yoongi y este le amaba de vuelta, también amaba a Dakho y el pequeño niño le amaba con igual intensidad, tenía un amor de pareja y uno fraternal, ambos fuertes y sólidos, cosa que Jamie no tenía.

Jamie no estaba muy segura de que odiaba más de Jimin, pero comenzaba a creer que el que aquel jovencito tuviese una familia amorosa, cuando ella nunca la tuvo era la raíz de todo y es que esa mujer tenía tantos problemas que ni ella misma entendía porque del odio, porque quería que muriese y al mismo tiempo no. Para Jimin realmente que era lo que la trastornaba era difícil, pero estaba seguro de que no era porque le amase locamente a pesar de tener la misma sangre, era simplemente porque enloqueció con la clase de amor que sus padres le ofrecieron.

— Sentir lastima por ti, es algo que no me debo permitir—. Las palabras salieron más altas de lo que hubiese querido, pero necesitaba decírselo a si mismo, porque ese viaje no era para tomar el té con aquella mujer.

El vieja fue largo, tortuoso, estaba tan nervioso que no sabía que hacer, se dijo a si mismo también que no lloraría, que resolvería este problema, que era un adulto y también por supuesto se juzgó un poco más.

Aun así, cuando llego ni siquiera se molestó en observar el gran aeropuerto al que había llegado, no le interesaba, ni siquiera entendía muy bien el idioma, pero ahí estaba, en otro país gracias a la corrupción que su familia podía conseguir, a los beneficios que dos presos y una fugitiva podían tener. Era tan molesto que ello se reflejaba en su rostro, pero esta despareció una vez fuera, una vez que hizo todo lo acordado con su esposo, porque estaban jugando el todo por el nada y Jimin no estaba dispuesto a perder, incluso su enojo era tan grande que le fue difícil no rechinar sus dientes cuando sus ojos se encontraron con esos que no deseaba ver.