Capítulo 23

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Aquella pareja no volvió al orfanato, Jimin aún estaba un poco asustado, pero trato de fingirse bien mientras estaban en el auto, Yoongi conducía, pero podía verle intentar reprimir su llanto, manteniendo los ojos al frente mientras apretaba las manos a cada lado de su cuerpo.

El mayor no pudo continuar haciéndose el de la vista gorda y sencillamente freno el vehículo, acto que confundió a Yoongi, pues estaban en plena autopista, claro, el flujo de vehículos era poco y Yoongi se aseguró de quedar lo menos centrado para permitir que los vehículos que pasasen por allí pudieran continuar como si nada.

— No voy a verte —. Le dijo Yoongi. — Llorar no es malo, pero si no puedes hacerlo porque estoy aquí, saldré, te daré tiempo, cuando te sientas mejor sólo dímelo —. Jimin quiso decir algo, pero Yoongi cumplió y salió del auto.

Hacía frío, por lo que agradecía estar abrigado, Yoongi se alejó de la ventanilla, rodeando el auto para quedar seguro al otro extremo, aun así, no vio el interior del vehículo en ningún momento, pero estaba seguro de que Jimin si estaba desahogándose, y eso era correcto.

Yoongi observo su reloj, tres minutos le parecieron eternos, por lo que se acercó a la puerta del copiloto para abrirla, Jimin cubría su rostro con ambas manos mientras sollozaba, fue así que Yoongi le tomo de las muñecas, Jimin se sintió avergonzado de ser visto de tal forma, pero no dijo nada, pues sintió como con delicadeza Yoongi limpio las lágrimas en su rostro y le abrazo, acariciándole con dulzura la espalda.

— Ya lloraste solo, supongo que ahora debes hacerlo en un hombro —. Le susurro Yoongi, pero Jimin no sintió ganas de hacerlo, pero sí quiso abrazarlo de vuelta y eso fue lo que hizo, aferrándose a este con tanto fervor, sintiéndose cómodo y realmente feliz de tenerle allí.

Fue Yoongi quien corto el abrazo. — Vamos —. Dijo. — Aún podre abrazarte en casa, aquí me estoy congelado —. Y era verdad, hasta Jimin tenía frío, y es que el tiempo no era el más cálido en ese momento, no nevaba, pero el blanco estaba allí.

La pareja volvió a la gran casa, al entrar, el abuelo Park estaba en el sofá junto a Tae y el pequeño Dakho. — ¿Dónde estaban? —. Pregunto el hombre mayor.

— Fuimos a casa de su hijo —. Respondió Yoongi y Jimin le observo pidiéndole que callara. — No se han tomado muy bien eso —. No Yoongi no iba a especificar todo frente al niño. — Hablamos en otro momento ¿le parece? —.

— Me parece —. Respondió el adulto.

— Dakho —. Jimin quito su abrigo el cual fue tomado amablemente por una de las mujeres que trabajaban en el hogar. — Lamento haberme ido así —. Se disculpó con el niño.

— El ajusshi me dijo que tuviste algo que hacer —.

— Abuelo —. Corrigió el adulto observando la sonrisa tímida del niño.

— Sí, mi abuelo —. Dijo algo apenado. —Yo pensé que te habías enojado conmigo—.

— ¿Enojarme? ¿Por qué? —. Pregunto Jimin sentándose en aquel sofá junto al niño.

— No lo sé —. Termino diciendo y Jimin sólo le acaricio un poco el cabello. — ¿Ya fuiste a tu habitación? —. Le pregunto, pero no fue el niño quien respondió.

— Dakho quiso esperarles aquí —. Dijo Tae. — Por cierto, nuestros padres están en la cocina —.

— La señora me dio galletas —. Dijo Dakho enseñando el plato con estas en la pequeña mesita frente a ellos.

— Si, al parecer no sabían lo de que vivíamos aquí —. Le dijo Tae.

— Iré hablar con mis padres, enséñale su habitación a Dakho —.

Nacido para donar (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora