Capítulo 27

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La mañana siguiente apareció luego de una noche un poco extraña para la pareja, pues Jimin seguía sintiéndose mal, como si de nuevo no pudiese confiar en nadie, pero, no toco más el tema y sencillamente se fue a dormir temprano.

Yoongi despertó cuando estiro su brazo, hacía frío por lo que deseaba buscar el calor de Jimin, pero lo único que sintió fue la fría cama por lo que abrió sus ojos encontrando ese lado vacío.

— ¿Jimin? —. Llamo con la voz ronca y uno de sus ojos cerrados a causa de la luz que entraba en la habitación. —¿Estas en el baño? —. Pregunto bostezando para ponerse en pie y entonces comprendió porque hacia tanto frió. El balcón estaba abierto.

Tomando una de las mantas Yoongi se abrigo con esta para ir hacia el balcón, estaba nevando, pero muy poco. El jardín delantero que era hacia donde miraba aquel balcón, lucia muy bello con su traje de blanco, aun así, toda esa belleza fue muy simple para Yoongi cuando sus ojos se fijaron en aquel pequeño chico con la ropa de invierno, quien estaba bastante centrado en terminar un muñeco de nieve.

Yoongi suspiro apoyando sus manos en el concreto que le protegía del final del piso. — Lo lentes son un bonito toque—. Dijo Yoongi desde el balcón alagando aquel ser de nieve con lentes oscuros y una bufanda

Jimin giro para ver al chico allí con la cobija blanca abrigando su cuerpo, iba a decirle algo, pero este simplemente volvió al interior del cuarto y Jimin agacho su rostro sin comprender que había sucedido, pero decidió terminar su trabajo.

Siempre solía disfrutar de este tiempo en el pasado, Jimin no podía decir que fue feliz antes, pero, si podía decir que había momentos en donde su vida no se sentía tan miserable, y el invierno era uno de ellos y si, Jimin sabía que este no era un tiempo amigable, pero, su vida siempre se sintió helada, inclusive en épocas de calor, porque el frío que él sentía no se debía al clima, además, era en esa época del año que su hermana y quienes resumiéndolo en la genética era sus padres, viajaban, así que la casa quedaba limitada a algunos empelado y él, y eso era muy bueno para Jimin.

El chico solía estar siempre en la ventana de aquella casa, pues los demás meses del año no lo podía hacer, pero cuando los dueños del hogar dejaban este, los empleados no hablaban con él, pero tampoco lo regañaban, o acusaban por sus actos. Era así que pasaba cierto tiempo viendo la televisión, incluso escuchando música y también solía comer galletas que alguna de las mujeres que ayudaban en la casa solía dejar para él.

Jimin comprendía porque esas personas se mantenían alejadas, pues necesitaba su trabajo y tampoco eran tan cocientes de lo que hacían con él, aun así, Jimin se sentía agradecido con ellos, eran la única clase de "atención humana" que Jimin recibía.

Cuando la nieve caía, Jimin se abrigaba mucho, porque si se resfriaba estaría en problemas, ya que si tomaba medicación era algo de lo que los señores Park se enterarían y claro, sus juegos en la nieve tendrían que detenerse y Jimin adoraba jugar en la nieve, así que fue siempre muy cuidadoso y nunca lo descubrieron.

Mientras su mente seguía centrada en su nueva creación Jimin pudo sentir como unas manos se abrazaban a su cuerpo, reconoció esas manos por lo que de inmediato una sonrisa se dibujó en su rostro.

— Necesita una nariz—. Dijo Yoongi dejando un pequeño beso en la mejilla de Jimin. — Buenos días—. Saludo este sin soltarlo.

— Buenos días hyung—. Respondió Jimin. — ¿Qué haces despierto tan temprano? —.

— Eso mismo te pregunto ¿Lo de Rosé no es hasta la tarde? —. Pregunto Yoongi y Jimin simplemente asintió con su cabeza, quiso separase del mayor, pero no lo logro porque Yoongi se abrazó más a él.

Nacido para donar (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora