Nacido para donar (YOONMIN)

Capítulo 68

 Cuando Jamie observo aquella pantalla de televisión el pecho se le oprimió y no supo si por dolor, miedo o una mezcla de ambos, quizás esa última era la correcta.

Y es que su hermano estaba en las noticias mientras hablaban de su familia y de cosas que esas personas no tenían por qué saber y entonces Jamie comprendió porque tenían conocimiento de ello cuando la imagen de Jimin en esa pantalla tuvo audio.

Se veía cansado y agotado y no era para menos, estaba exhausto emocionalmente, no dispuesto a permitir más laceraciones a su quebrantada vida.

Aquel video había sido grabado en una habitación de la casa de Jungkook y es que Tae le había pedido el favor a este de ayudarles, al principio este no estaba convencido, pero termino cediendo y termino conociendo cierta maldad que existe, pero rara vez se no presenta sin tapujo alguno.

— Hola—. Si, Jimin había iniciado simple, pues no tenía un guion así que estaba un poco a la deriva, solo dispuesto a contarle al mundo un poco de lo que había pasado.

— Sé que no muchas personas me conocen, mi nombre es Park Jimin, obtuve este a la edad de 21 años y tengo 21 años actualmente—. El plan era sencillo, hacerlo mediático, evitar de todas las formas posibles dejar que Jamie ganase.

— Mis padres son Park Minhyun y Park Damin, tengo una hermana que cumplirá 28 años próximamente, ella tenía 6 años, próxima a los 7 cuando yo nací, cuando nací para morir por ella—.

— Quisiera ser más rápido en mi historia, quisiera poder resumir 21 años de dolor en unos minutos, pero supongo que es difícil, así que agradezco si se quedan y escuchan mis palabras, porque hoy he tomado el valor de contarla, de revelar lo que me han hecho— . En ese momento temblaba, pues sabía que su imagen ahora mismo era enseñada en varias pantallas por la ciudad y ello le hacía sentir tímido, pero aun así fue decidido al llevar sus manos a los botones de su camisa y soltarlas con rapidez dejando al descubierto la cicatrices que solo una persona había visto y que sabía que seguiría siendo esta la única que las veía con afecto y no como los presentes allí, a quien solo se les reflejaba la lastima en la mirada.

— Mi hermana Park Jimin nació con una enfermedad cardiaca y miles de complicaciones más, sufrió una niñez terrible y cuando un medico recomendó un donante y luego el trasplante de corazón, mis padres pensaron que era una buena solución, que solo debían encontrar un donante, pero fue difícil, incluso el tipo de sangre de mi hermana no es muy común en nuestro país lo que generaba complicaciones, así que comenzó a ser muy tardado todo y fue cuando la idea de dar a luz a un bebé, dejarle crecer hasta la edad apropiada para donar les pareció correcta, porque vamos, sucede aunque no lo crean más frecuente de lo que piensan y no solo de esa forma, porque el mundo le pone precio a tu vida con tal de seguir en pie —.

— Así fue como nací, un 13 de octubre, crecí creyendo que el cuerpo en el que estoy no es mío, crecí creyendo que el mundo era así, que algunos vivían para pertenecer a otros porque yo le pertenecía a mi hermana, es por eso que nuestro nombres son iguales, nunca tuve uno y cuando se me pregunto por él, creí ingenuamente que Park Jimin era como me llamaba—.

— Sé que la atención de todo están en cada cicatriz que poseo y es que cuando Jamie necesitaba alguna cirugía para continuar con vida yo debía de hacerlo y quizás muchos deben pensar que estoy siendo egoísta con mis palabras, pero, jamás me hubiese negado ayudar a mi hermana si las cosas hubiesen sido normal. Donarle para qué viva es diferente a darle mi vida y es que morir por alguien que me asustaba, que me insultaba, me encerraba aun sabiendo que le temía a la oscuridad no me hacía feliz. Morir por quien me lastimaba, quien golpeaba mi rostro por lucir "bonito y sonreír" me asustaba mucho, nunca lo quise y si, crecí creyendo que era egoísta por ese miedo y no, sacrificios de tal magnitud no se deben de dar por quien es tu secuestrador, por quien te hizo un esclavo, que si bien no trabaja horas al sol, estaba en 4 paredes tarareando para no volverse loco, sin ventana que le avisara la hora del día, me trataron como un animal y hoy solo quiero ser una persona—.