Nacido para donar (YOONMIN)

Capítulo 38

No, Jimin ni siquiera sabía dónde estaba, más de 10 horas pasaron en aquel avión y aunque se sentía cansado, era de día en aquel lugar, por lo que, al tomar aquel taxi, Jimin pudo notar las calles vestidas de blanco y le encanto, quería bajar y jugar con la nieve un poco.

— ¿Te gusta? —. Susurro Yoongi en el oído de Jimin, quien llevaba sobre sus piernas al completamente dormido Dakho.

— ¿Dónde estamos? —. Pregunto

— Finlandia—. Respondió Yoongi.

— ¿Por qué estamos aquí? —.

— Porque haremos cosas cursis—. Jimin observo a Yoongi y aunque quiso decirle que no entendió que quería decir con eso, no pudo, porque Yoongi prefirió dejar su cabeza en su hombro, y tomar la mano de este para que le acariciara el cabello.

Cuando llegaron al destino correcto, Yoongi fue quien cargo al pequeño dormido, y Tae se lanzó sobre Jimin.

— Nunca estaré más agradecido con tu mal gusto en hombres—. Sí, estaba feliz al ver el lugar en que estaban.

Jimin parecía el único perdido ahora y Yoongi le sonrió, pues encontraba dulce su expresión confundida. — Te gusta la nieve, así que te he traído a un hotel en la nieve—. Jimin sólo pudo avergonzarse cuando Yoongi le beso cortamente.

Yoongi se apartó para poder entregarle el niño al abuelo Park, y bien, se sintió aliviado, pues Dakho era grande ya.

Yoongi había conseguido dos habitaciones, así que el abuelo, Tae y Dakho se quedarían en una y Jimin y él en otra.

— Vamos Jimin, te mostrare el lugar—. 

Jimin no dudo esta vez en darle la mano a Yoongi y entonces fue así que llegaron a pequeñas cabañas, él noto como Tae y su abuelo entraron en una con el niño, y luego Yoongi se detuvo en otra muy cerca de ellos.

Cuando la puerta se abrió Jimin sonrió, era toda en madera, había una chimenea rustica y de rocas, un sofá rojo a juego con la cama amplia en esta, incluso había una pequeña cocina y todo lo necesario para una buena estancia, pero eso no fue lo que llamo la atención de Jimin, sino la vista con la nieve y lo más hermoso de todo, un pequeño iglú de vidrio, con el techo trasparente que dejaba ver el cielo y como había comenzado a nevar.

— ¿Es cursi? —. Jimin giro al ver a Yoongi y corrió abrazarle, se sentía conmovido de todo lo que este había hecho para él.

— ¿Vamos a dormir aquí? —. Yoongi asintió ante la pregunta de Jimin y es que había una pequeña cama ahí también, el lugar simplemente era hermoso.

— Sí, dijeron que quizás hoy o mañana podríamos ver las auroras boreales—. Yoongi mordisqueo sus labios al ver la emoción de Jimin y es que bien, el chico tenía un libro que hablaba enteramente de ellas

— ¿Qué? —.

— El hotel es famoso por ellas, por esto hay este mirador para verlas—. Dijo Yoongi.

— Tendremos un buen fin de año, juntos—. Tomo la mano de Jimin entre la suya, notando algo que le molestaba, esa argolla.

— ¿Estás cansado? —. Pregunto. — Aunque es de día aquí, son las 8:00pm en corea—.

— No tanto—.

— Bien, entonces ¿quieres comer? —.

— ¿Y Dakho? —.

— Tae y tu abuelo le cuidaran—. Le dijo para que estuviera tranquilo. —Vamos, quiero que demos un paseo, aquí hay mucha nieve con la que podemos jugar—.