Al interior del vehículo de Aylen huele a pizza y pan de ajo; todo eso se explica cuando ingreso al asiento de atrás y Emilia acarrea dos cajas de Domino's en sus manos.
— Espero que sea de Pepperoni— murmuro cuando estoy adentro. Ella suelta una carcajada; en el asiento de adelante, Elton y Aylen conversan como si se conocieran de toda la vida y solamente se giran para saludarme y preguntarme qué tal estuvo mi día. Una vez que les cuento sobre mi desafortunada mañana, ellos se giran para seguir hablando sobre gatos.
Le doy un rápido vistazo a mi mejor amiga y me acerco a ella mientras le lanzo una mirada de confusión que pide a gritos una explicación sobre lo que está ocurriendo, pero ella simplemente se encoge de hombros y me ofrece de su cerveza.
— No, gracias— murmuro.
— Alex me dijo que pasó por tu casa— comenta. Yo la observo levantando una ceja en su dirección; a nuestro alrededor ya se está oscureciendo un poco, las luces de la ciudad están comenzando a iluminar y la música adentro del vehículo apenas me deja escuchar lo que mis amigos están hablando.
— Si, lo hizo— confirmo. No sé cómo es que Emilia siempre se entera de las cosas tan rápido, pero me da igual de todas maneras porque así no tengo que ser yo la que siempre le cuente todo.
— Me contó lo que sucedió— añade. Sé que está buscando mi punto de vista de la conversación así que le digo lo que ya le he dicho un millón de veces antes; que en realidad no sé si me siento cómoda en la relación que estoy con Alex y que tampoco tengo otra relación anterior con la que comparar esta experiencia.
Emilia rueda los ojos; ella ha tenido más novios que calcetines, así que siempre está dispuesta a darme algún consejo amoroso incluso cuando no se lo haya pedido.
— Con las relaciones es muy fácil, Carla— me explica— quieres estar o no. No hay término medio.
Yo me quedo pensando en lo que dice y supongo que quizás tiene razón, pero, ¿cómo se supone que deba decirle a Alex que estos meses para mí se sintieron como si nada hubiera ocurrido?
Aylen estaciona el auto al cabo de unos minutos y apaga la música. No sé en qué momento nos hicimos tan amigos de una muchacha que llegó como por arte de magia a mi vida, pero tampoco es que como si me molestara; Aylen me cae bien y, además, no parece ser una mala persona por más que tenga un círculo cercano bastante dudoso.
— ¡Adelántense!— exclama ella cuando estamos todos abajo— yo llevaré la manta y esas cosas. Ustedes lleven la comida.
Elton y Emilia cogen las cajas de pizza y las cervezas para adelantarse hacia la playa, pero yo decido esperar a Aylen y ayudarla con lo que tiene. La muchacha está vistiendo un pequeño vestido negro que inmediatamente me hace querer congelarme del frío y cuando nota que me he quedado allí, ella simplemente sonríe en mi dirección.
Puedo notar que mis amigos ya están unos cuantos metros lejos; el mar suena en nuestros oídos haciendo eco en cada rincón de mi cuerpo, haciéndome sentir de alguna manera relajada.
— Creo que te debo una segunda disculpa— murmura la muchacha mientras saca a rastras un enorme bolso.
— Déjame que te ayude— le digo, cogiendo el objeto en mis manos para que ella pueda sacar el resto de cosas con tranquilidad.
— Gracias— suspira.
Aylen termina de sacar las cosas del auto y yo presto atención a las palabras anteriores que han salido de su boca; creo saber a lo que se refiere pero aún así prefiero escucharlo de ella.
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Volviendo a ti
Teen FictionDamián esconde muchos secretos detrás de esos cristalinos ojos celestes; pero no se atreve a abrirse con nadie... hasta que llega Carla. Cuando Damian Gutiérrez, su mejor amigo de infancia, llega de vuelta a la vida de Carla, todo parece ponerse pat...