Volviendo a ti

35. La persecución.

Los días que siguen tengo un poco más de tiempo para aclarar en mi mente lo sucedido. Desde mi punto de vista, todo ocurrió así; probablemente, tomé EVA por accidente (no me pregunten como, esa es una incógnita para mí también). Después, de alguna manera, noté que me estaba comenzando a sentir mal y utilicé el resto de energía que me quedaba para irme a casa y enviar ese mensaje de texto a mis amigos. Desde ahí, solamente me dormí y desperté hasta el otro día; suena completamente lógico, si no fuera porque en ese estado escribí con una ortografía perfecta y me di el tiempo de cambiarme de ropa. 

Axel me dijo que alguien llamó a la policía tan sólo unos minutos después de que yo enviara ese mensaje, así que la fiesta acabó por terminar más rápido de lo esperado. Tan sólo me alegro haber sobrevivido a esa droga, incluso si no recuerdo absolutamente nada de lo que ocurrió. 

La semana pasa algo lento, a pesar de que mis pensamientos parezcan estar hechos una maraña de líos. Lo único en lo que pienso es en aquella pulsera y en Tobías; si, una parte de mí quiere creer que Damián estuvo en esa fiesta también, pero de igual forma, otra parte de mí se convence de que, si el muchacho hubiera estado allí, yo me hubiera dado cuenta...¿no?

El jueves, Elton no va a la universidad en todo el día, por lo que me es raro encontrármelo hablando con Emilia en el estacionamiento una vez que las clases terminan. El día está lluvioso y helado, así que no me explico cómo es que están allí de pie nada más, como si no estuvieran empapándose. Ni siquiera están trayendo un paraguas.

Camino hasta ellos a paso lento mientras el gorro de mi chaqueta cubre mi cabello. 

 — ¡Hey!— exclamo, esbozando una pequeña sonrisa que ellos no me devuelven. De repente me siento asustada por la manera en la que sus cejas se curvan en confusión cuando sus rostros se giran al mío— ¿qué sucede?— pregunto preocupada. Elton niega con el rostro como si quisiera intentar restarle importancia a lo que está por decir, pero su rostro lo explica todo; hay algo que no deja de inquietarle. 

— ¿Tú sabías que Aylen y Damián ya no son amigos?— pregunta él en medio de su mueca. Yo abro los ojos con sorpresa y mis labios se separan tan sólo unos centímetros como si el repentino latido de mi corazón no fuera suficiente para expresarlo. 

— ¿Qué?— pregunto, sin saber qué más decir— ¿desde cuando?

— Desde hace seis meses atrás— explica Emilia. Pareciera que suaviza su voz cuando habla para que la mandíbula de Elton y la mía se desprenda hasta el suelo. 

¿Desde hace seis meses atrás? Mi corazón se detiene de repente solamente al pensarlo; todo este tiempo pensé que ella y él seguían en contacto y resulta que probablemente Damián la abandonó igual de fácil como lo hizo conmigo.

Quizás simplemente estoy trayendo mis propias experiencias a una relación de amistad que no tiene nada que ver con la que teníamos nosotros; aún así, de repente comienzo a sentirme fatal. Hace seis meses atrás, yo perdí a Aylen y a Damián, pero ella nos perdió a todos nosotros y ni siquiera estuve allí para preguntarle que se sintió.

Mis ojos se clavan en Emilia; pareciera como si no tuviéramos palabras para describir cómo nos sentimos porque de repente todos nos hemos quedado en silencio y observándonos los unos a los otros. 

— Se los quería decir esa noche en la fiesta de Halloween, pero Elton me dijo que no hable de Damián— explica mi mejor amiga, como si eso pudiera cambiar algo de lo que está sucediendo. Si mi mente era un completo caos hace unos minutos atrás, entonces ahora está peor; pareciera que cada vez que quiero olvidar a Damián, alguien dice su nombre.

— ¿Deberíamos hablar con ella?— pregunto de repente.

— No— interrumpe Elton de manera tajante— ella eligió su camino ese día y nosotros elegimos el nuestro. No hay absolutamente nada que conversar.