capítulo 33. - Recuerdos del pasado.

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— definitivamente no me gusta la nieve. — hablo Itachi mirando a su alrededor.

— nisiquiera podemos sentir frío — dijo Sasuke.

— no es por el frío, es por el color, es espantoso.

— hace 10 minutos le dijiste a esa mujer que la nieve era preciosa y que daba un toque de romanticismo. — sasuke levanto una ceja.

— bueno, en realidad pienso que este color es horrible, no tiene nada de romántico si estas tiritando de frío. — Itachi miró a sasuke.

— eres un hipócrita.

— me vi en la obligación, además fue una mentira. Nisiquiera sabes el significado de Hipócrita y ya me estás ofendiendo. — Itachi hizo un pequeño drama.

— Señor Drama, debería usted relajarse, ya que sabe que si sé y que en realidad usted si lo es.

— pues Señor Vulgar lamentablemente puede ser muy educado y todo pero no dice bonitas palabras como yo.

Ambos hermanos dieron una pelea de mirada y luego siguieron con su camino, de regreso a la mansión Uchiha.

Ya había pasado un siglo desde que una simple humana había robado el corazón de Sasuke, tras el tiempo hubieron miles de mujeres que buscaban más que una sola noche con él, y él solo les daba una sola noche.

— Sasuke! — grito Itachi.

Pero ya era tarde. El suelo era resbaladizo y sasuke mientras estaba en su mundo no puso atención donde daba su paso y por consecuencia se a caído, frente a mucha multitud.

Todas las personas estaba de espectadoras, Itachi intentaba no reírse y Sasuke no hacía más que maldecir el día.

Y sin previo aviso, alguien reventó en carcajadas.

El pecho de sasuke se oprimía mientras escuchaba las carcajadas, reconocía aquella voz sin ningún problema.

Al igual que Sasuke, Itachi estaba sorprendido, también recordaba aquella risa.

Todos los espectadores estaban sorprendidos por la forma tan despreocupada de la chica al reírse de un desconocido.

La chica mientras se reía se acercó a espaldas de Sasuke.

— ¿estás bien?, te viste muy ridículo.

Era ella.

Sasuke la encaró girandose a dirección de ella.

— Me hiciste el día! — dijo ella en medio de risas.

Sakura estiro su mano hacia el para ayudarlo a levantar, pues este aún seguía en el suelo.

¿Era correcto tomar su mano?.

Era sakura, su sakura, era ella misma en persona pero, ahora su cabello estaba recogido en una trenza que llegaba hasta sus caderas, algunos mechones de cabello estaban sobre aquel blanco rostro, sus ojos esmeralda resaltaban al igual que sus pequeños y rosados labios.

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