Capítulo 11: EL SECRETO DE SAMI. 1

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Traigo este capítulo, a pedido de mis amigas, ellas querían un capítulo de este tipo, ya entenderán de que hablo.

Perspectiva de Sami

Ahora estoy en la ciudad, Gabie me mandó a comprar ropa para el chico que está en la casa, y comprar tela.

Abro la puerta de la tienda.

Tin ting

Suena una campana.

-Ya voy - dice un hombre.

Lo espero unos 4 minutos y después sale un hombre de cabello morado y ojos verdes tiene la orejas puntiagudas como la de un vampiro, cejas afiladas, naris alta y recta, labios finos, es esbelto y cuerpo bien desarrollado.

- Buenas, siento la tardanza.

- no se preocupe no tengo prisa.

-En que puedo ayudar a la preciosa dama.

- me puede 4 pares de ropa para un niño de 12 años.

- Ok enseguida se lo traigo.

El me trajo la ropa

- Gracias.

- No hay de que, venga de nuevo, me gustaría tener una preciosa señorita como usted de nuevo.

Sonrio- Si me aseguraré de pasar por aquí de nuevo.

- La esperare con gusto.

- Adiós.

- Adiós.

Está bueno para comérselo, pero es una pena que yo sea un clon.

Fui a la tienda donde venden las telas, fui y compré mucha tela y hilo es mucho ya que Gabi dijo que con lo que sobrara comprará tela, quizás ella no sabía que se podría comprar tanto.

Me sorprende que sea media noche y haya tiendas abiertas y mucha gente afuera.

Durare mucho si voy por el camino principal, mejor tomo un atajo, entre a un callejón, y seguí entrando más adentro.

Olí un aroma muy fuerte y adictivo, camino hacía ese olor y veo al señor de antes.

- Señor que le pasa.

- ah es usted - se tapó la nariz - es mejor que se vaya.

Se ve que esta sufriendo.

- No lo puedo dejar así.

- No se preocupe por mi.

- No puedo hacer eso, venga lo dejaré en una posada.

Cuando me acerque más a él, el olor era más fuerte y me hizo sentir mareada, ¿mareada?, yo mareada, quizás solo sea una ilusión.

Solo no lo inalare por si acaso, no es como si vaya a desaparecer por no respirar, espera ¿respirar? yo estaba respirando, espera ese no es el problema ahora.

Le agarre el brazo y caminamos hasta una posada, lo deje al lado de un callejón.

- Tienes dinero.

- Si, tengo dos moneda de plata.

- Dame una moneda.

- Ok.

Me dio y fui a la posada y me puse en modo teatro.

- Buenas noches me puede dar una habitación.

- Si pero que hace aquí tan tarde en la noche.

Que empiece el drama.

Una segunda vida llena de misteriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora