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El primer mes de Giselle en el centro de rehabilitación había tenido altos y bajos. Ella se consideraba una verdadera luchadora, pero rápidamente también había notado que las adicciones de sus pacientes no eran lo único contra lo que tenía que luchar. También estaban las relaciones dentro del lugar, las malas influencias, las familias ausentes y los malos profesionales que a veces remaban en la dirección contraria.

Es por eso por lo que se había dispuesto a apurar uno de sus casos más personales.

Kim Minjeong.

La joven de apenas 22 años le provocaba algo diferente. Sentía la enorme necesidad de sacarla de ahí, no solo por su crecimiento como profesional sino porque en el mes a su lado logró tomarle mucho cariño. Giselle pensaba que si se hubieran conocido en otras condiciones había grandes posibilidades de que fueran buenas amigas.

Pero la realidad era otra. Minjeong estaba poniendo mucho de su parte para cumplir con todos los requerimientos de Giselle, se sabía que no era fácil. La pobre no era muy buena haciendo amigas, aunque Giselle lo agradece porque las personas en ese lugar no eran las mejores influencias del mundo. Pero Minjeong participaba de las actividades al aire libre, asistía a todas sus sesiones y sus pruebas habían salido limpias.

Además, se había enterado de que recibía al menos dos visitas semanales de parte de la novia de su hermana. Giselle sabía que la opción de que fuera su hermana sería mucho mejor, pero al menos sentía el apoyo de alguien y de alguna forma era como tener contacto con el exterior. Pese a eso Giselle se encargaba de enviar reportes semanales a Taeyeon informando sobre los progresos de Minjeong (tal vez agregando un poco de exageración para así animar a su hermana) Había tenido oportunidad de conocer a Tiffany, era una mujer un tanto peculiar. Siempre vestía de colores alegres, el maquillaje casi perfecto y tenía una enorme sonrisa que contagia a cualquiera. Giselle le había comentado de lo bueno que fuera para Minjeong el poder compartir con su hermana. Tiffany había prometido intentar ser mediadora.

Y ese día había llegado.

Giselle notó un par de cosas de Minjeong. Para empezar, había llegado minutos antes de lo indicado, se notaba que se había bañado esa misma mañana y al entrar jugaba con sus manos. Minjeong no solía ser así de nerviosa.

—¿No vas a querer fumar? —Preguntó Giselle, quien ya tenía un cenicero en su oficina (Solo para su paciente favorita)

—Estoy bien, gracias. Es temprano todavía. —Giselle notó que eran casi las 11 de la mañana, para algunos temprano. Pero Aeri recordó aquella sesión a las 9 de la mañana donde Minjeong se había fumado casi una cajetilla completa.

Como todavía había algunos minutos antes de que llegara Taeyeon, Giselle decidió revisar sus redes sociales. Lo primero que apareció fue una fotografía de Karina y Jae, la había subido él y solo dedicaba palabras de amor para su novia. Aeri volteó los ojos, lo encontraba tan falso que ni siquiera sabía por qué lo seguía en redes sociales.

—¿Todo bien? —Minjeong la devolvió a la realidad, quizá había hecho una expresión un poco exagerada. Dejó su teléfono en su escritorio y volvió a uno de los sofás frente a su paciente.

—Solo vi a alguien que me desagrada. —Ambas rieron, a Giselle le gustaban los momentos así con Minjeong. Casi se las podía imaginar como dos amigas conversando en un café o en su casa. —Oye, no tienes que estar nerviosa.

Minjeong se quedó viendo al suelo, lo que menos quería era parecer nerviosa ante su hermana. Quería que la vea bien, que pudieran crear algún tipo de relación normal. —Yo voy a estar aquí para ti, y en lo que me concierne realmente creo que estás preparada para intentar salir un tiempo. —Habían hablado de eso antes, pero a Minjeong no le gustaba profundizar en el tema porque no creía que eso fuera posible.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora