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Eran cerca de las cinco de la mañana cuando se escabulleron de la casa de Jimin sin que nadie las escuche. La mayor había insistido en hacerlo así, que nadie las vea para no tener que pedir disculpas ni dar explicaciones. Minjeong no era quién para cuestionar, quería que Jimin se vuelva a sentir tranquila y segura.

El auto se sentía como un frigorífico, las mañanas invernales eran cada vez más heladas y aunque la calefacción estaba al máximo, ninguna de las dos sentía un poquito de calor.

La velocidad del vehículo tampoco podía ser mucha, había que conducir con cuidado por las gélidas carreteras que conectaban el pequeño pueblo con la ciudad.

—Había una foto en tu velador. —Minjeong llevaba varios minutos meditando sobre si era correcto preguntar o no. —Salías abrazada con una chica ¿Quién es?

Jimin estaba concentrada en el camino, pero no pudo evitar mirar a Minjeong de reojo. —¿Estás celosa? —Realmente Jimin no tenía ánimos de casi nada, pero molestar a Minjeong era algo que siempre le hacía gracia. Se dio cuenta de que sin importar su humor, juguetear con la menor nunca dejaría de ser parte de su lista de cosas que mejoran su día.

Si tan solo supiera, pensó Minjeong. —Estoy curiosa, no celosa. —Aclaró. Jimin notó que había seriedad en su tono de voz, algo poco habitual en ella.

—Es Giselle, mi mejor amiga. —explicó igualmente seria, no quería que Minjeong malinterprete su relación con la que había sido su amiga desde que eran apenas unas niñas.

Minjeong se quedó en silencio un buen rato, estaba completamente segura de que la persona en esa foto era Aeri, pero no entendía lo del nombre.

—¿Qué clase de nombre es ese? —Se atrevió a preguntar, intentando que su tono curioso oculte su seriedad.

—Giselle y yo vivimos juntas en Estados Unidos. —Comenzó a explicar. —Fuimos a estudiar, siempre fue nuestro sueño. Pensamos que era divertido usar nombres americanos para sentirnos más incluidas, así no nos miraban raro cuando decíamos que nuestros nombres eran Jimin y Aeri.

Minjeong sintió que se le revolvía el estómago mientras escuchaba esa explicación. Quizá una parte de ella esperaba que Giselle fuera la hermana gemela perdida de su psicóloga o algo por el estilo. Era esperar demasiado, y tampoco tenía muchas dudas de que la mujer de la foto era ella.

—No tienes nada de qué preocuparte, algún día podría presentarlas. Estoy segura de que le vas a caer muy bien, para ella nadie podría ser peor que Jae.

Minjeong no supo qué responder. Sentía mucha confianza e incluso cariño hacia su psicóloga, por primera vez estaba logrando estabilizarse y sentirse bien con ella misma. Aeri era un pilar fundamental en su vida, sabía que se preocupaba por ella y en el fondo sentía que también le agradaba. Todo eso no quitaba el hecho de que su psicóloga sabía sus secretos más ocultos y oscuros, cosas que quería compartir con Jimin en algún momento, solo tenía que estar preparada.

—¿Ella es muy importante para ti? —Se decidió por continuar con el tema, tenía que saber qué podía significar todo eso.

—Tengo que admitir que siempre estuve a punto de terminar con Jae porque Aeri creía que no era suficiente para mí. —Había una sonrisa algo triste en su rostro, o al menos así la identificó Minjeong. —Ella jamás se equivoca con las personas, pero quería demostrarle que se equivocaba.

—Los amigos te pueden aconsejar, pero al final, la decisión siempre será tuya.

Jimin asintió, sabía que era cierto y Giselle jamás la había presionado a nada, simplemente había sido bastante clara sobre su percepción.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora