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Taeyeon se había ofrecido a llevarla en esa extraña salida dominical, pero Minjeong la rechazó en más de una ocasión. La última semana la mayor de las Kim había demostrado una gran voluntad por acercarse a Minjeong. Poco a poco conversaban más, podían pasar tiempo a solas sin que se sintiera incómodo, pero todavía no lograban ese lazo de hermanas que tenían de pequeñas. Taeyeon sabía que tenía que esforzarse, Aeri se lo había dejado claro.

—Te puedo llevar donde quieras. —Las tres habían terminado de desayunar y Minjeong preparaba sus cosas para salir del departamento. Taeyeon aprovechó el momento para volver a ofrecer su ayuda a Minjeong.

—No es necesario, no es tan lejos y me gusta caminar. —Taeyeon suspiró y Tiffany la miró como queriendo decirle que ya era suficiente, que dejara a su hermana hacer sus cosas.

—¿Al menos me vas a decir a dónde vas? —Había algo en el tono de la pregunta que hizo que Minjeong se sintiera un poco incómoda. No podía evitar pensar que quizá su hermana tenía dudas sobre su sobriedad o su compromiso con su recuperación. Taeyeon también se dio cuenta del malestar en la expresión de su hermana, era en momentos así en que creía que todos sus avances caían por el drenaje.

—Tengo una cita con Aeri. —Contestó Minjeong, de mala gana. Se puso sus zapatillas y abrió la puerta de salida. —No llego a almorzar. —Fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta con algo de fuerza.

—No me digas nada. —Le pidió Taeyeon a Tiffany, ya estaba muy irritada por toda la situación como para también tener que escuchar los reproches de su pareja.

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Minjeong y Aeri habían quedado de juntarse en un pequeño parque que se encontraba cerca del cementerio. Aeri había pasado toda la semana intentando obtener información sobre dónde se encontraban los restos de Jisu. Cuando por fin lo supo, comunicó la información a Minjeong, quien de inmediato quiso ir. Le tomó mucho esfuerzo a Aeri el convencerla de esperar para que pudieran ir juntas.

Por eso estaba ahí, un domingo a medio día en medio de un parque esperando a su psicóloga para poder entrar al cementerio.

—Sé que vamos a un cementerio, pero esa mala cara me dice otra cosa. —Aeri apareció de pronto, lo primero que vio fueron las cejas juntas de Minjeong y sus ojos ofuscados.

—Perdón. —Las dos se dieron un pequeño abrazo. Era la primera vez que se veían en persona desde que todo lo de la pandemia se había desatado.

—No pidas perdón ¿Está todo bien? —Aeri tomaba un café que probablemente compró en algún carrito de camino. Estaba helado y Minjeong agradeció el esfuerzo que hacía su psicóloga para estar con ella en ese momento.

—Un poco, creo. Es que mi hermana anda demasiado sobreprotectora. Quiere saber todo lo que hago, a dónde voy, con quién voy y por qué no la dejo venir conmigo. —Las dos comenzaron a caminar en dirección al cementerio. —Me hace sentir un poco ahogada.

Para sorpresa de Minjeong, Aeri sonrió y luego de beber un poco más de su café decidió responder. —Parece que tu hermana, se está comportando como una hermana. —Puso una mano por la espalda de Minjeong, quien ahora comenzaba a ver las cosas un poco diferentes. Si quería forjar una relación con su hermana mayor, tal vez tenía que comenzar a acostumbrarse a esa sobre protección natural que tenía Taeyeon.

—¿Compramos flores? —Pararon a la entrada del cementerio, donde diferentes vendedores ofrecían arreglos florales para darle tributo a sus seres queridos que ya no se encontraban en la tierra.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora